IX. EL MUNDO DEL REVÉS

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Once se sentó delante de todos aquellos aparatos que los chicos controlaban, pero que yo no entendía. Ella cerró los ojos para concentrarse, y la radio comenzó a emitir sonidos distorsionados.

-Lo está haciendo, le está buscando - indicó Mike.

-Es una pasada - dijo Dustin.

-Calmaos, solo ha cerrado los ojos - dijo Lucas.

-Callaos, dejad que se concentre - pedí.

Todos enmudecieron. La luz explotó, y nos quedamos a oscuras excepto por las luces que emitían todos aquellos trastos. Comenzaron a escucharse como... golpes.

-¿Qué está pasando? - pregunté.

Estaba muy nerviosa. Lucas me dio la mano para tranquilizarme y yo se la apreté.

-Mamá - se oyó de pronto.

No me llevó ni dos segundos reconocer su voz.

-¡Will! - exclamé. No sabría describir la felicidad y el alivio que me embargaron.

-No puede ser - susurró Lucas, que hasta ese momento no había creído en lo imposible.

-¡Por favor! ¿Hola? ¡Mamá!

-Will, Will, somos nosotros - gritamos -. ¿Nos oyes? Will, estamos aquí.

Nuestras voces se atropellaban unas con otras de modo que no se entendía un carajo lo que decíamos.

-¡Mamá, ya viene! ¡Es como nuestra casa, pero más oscuro! ¡Está oscuro y vacío, y hace frío! ¡Mamá! ¡Mamá!

La radio explotó, y las llamas cubrieron la mesa.

-Joder.

Dustin corrió a rociarlo con el extintor. La alarma de incendios me penetraba en los oídos.

-Ce, ¿estás bien? - preguntó Mike.

La miré. Tenía pinta de ir a desmayarse de cansancio en cualquier momento. Acababa de hacer demasiado esfuerzo.

-Eh, peque, vamos, ¿puedes moverte? - pregunté.

Ella no respondió. Intentó mirarme, pero ni fuerzas tenía para mover los ojos.

-Joder, a la mierda - dije, y la cargué en brazos, como tantas veces había llevado a mi hermano -. ¡Venga, vámonos!

Corrimos fuera, procurando no mezclarnos con los demás alumnos. Me ayudaron a subir a Once a la bicicleta de Mike, y nos fuimos pedaleando a toda mecha, como si escapásemos de la escena de un crimen.

Llegamos a casa de Mike. En el sótano, tumbamos a Once en el sofá y nosotros nos sentamos a asimilarlo todo.

-¿A qué se refería con que era como casa? - pregunté.

-¿Cómo vuestra casa? - preguntó Mike.

-O puede que como Hawkins - respondió Lucas.

-Pero del revés - indicó Ce.

-¿Qué ha dicho? - preguntó Lucas.

-Del revés - repetí.

-¿Qué?

-Del rev... ¡el tablero! - exclamé, señalando el tablero que seguía dado la vuelta encima de la mesa. Seguía "del revés".

Todos nos sentamos alrededor de la mesa. Le di la vuelta al tablero.

-Cuando Ce nos enseñó dónde estaba Will, le dio la vuelta al tablero, ¿recordáis? - dije, y le volví a dar la vuelta -. Así, del revés. Oscuro. Vacío.

Stranger Things // La Tercera de los Hermanos ByersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora