Ya era tarde cuando Jonathan volvió a casa. Mamá y Will dormían, pero yo no podía.
Abrí la puerta de la habitación justo cuando Jonathan pasaba por ahí.
-¿T/n? ¿Y mamá y Will?
-Duermen.
-¿Tú no?
-No puedo.
-¿Estás bien?
Asentí con la cabeza, pero por alguna razón, en aquel momento, con ese simple gesto delante de mi hermano mayor, reventé y comencé a llorar sin saber muy bien por qué.
-Eh, eh… Tranquila…
Me abrazó y apoyé en él parte de mi peso, como si necesitase librarme de una carga muy pesada. Y en parte así era.
Estuvimos un rato así, abrazados, en un silencio únicamente interrumpido por mis sollozos, que poco a poco iban parando. Él no preguntó nada; sabía bien que, si yo quería contárselo, lo haría.
-Tengo miedo - fue lo único que dije.
Y él me estrechó con más fuerza.
Arrastró un colchón hasta mi habitación para quedarse a dormir conmigo. Lo puso en el suelo y se tumbó allí, a mi lado. Estuvimos hablando de cualquier cosa sin sentido hasta que me empezó a entrar el sueño y me quedé finalmente dormida.
Cuando me desperté a la mañana siguiente, Jonathan seguía durmiendo. Salí de allí sin hacer ruido y fui hasta la cocina. Mamá y Will estaban allí.
-Buenos días - saludé.
-Hola - respondieron al unísono.
-Will no irá a clase hoy, creo que está un poco enfermo - avisó mamá.
Asentí con la cabeza mientras me sentaba a la mesa. Le revolví el pelo al pequeño y puse mi mano sobre su frente, pero más que fiebre, parecía estar algo frío.
Jonathan me llevó a clase y todo pasó con total normalidad. Pero a la hora de comer, ni rastro de mi hermano o de Nancy.
-Ey, ¿has visto a Jonathan? - pregunté a Steve, sentándome con él en la mesa.
-No.
No me preguntó por Nance, ni yo a él. Supuse que la cosa aún estaría tensa por lo de la otra noche, así que mejor no decir nada.
-Bien, pues, como no tiene pinta de que vaya a aparecer ni siquiera para recogerme, ¿te importaría llevarme a casa después?
-Sin problema, yo me ocupo.
Acabamos de comer en silencio, sin saber muy bien qué decir. Hacía un año no podía no tenerlo delante, y ahora, comer con él a solas, aunque fuera en silencio, no me molestaba en absoluto.
Al acabar, justo antes de levantarme para dejar mi bandeja, él me paró.
-Oye, T/n… Hace tiempo que quiero decirte algo pero no podía… básicamente por Nancy, pero también porque era complicado hablarte…
-¿Porque te odiaba?
-Sí, por eso - sonrió -. Pero necesito decirte algo…
-Claro, dime.
-Verás… Joder - soltó una risa nerviosa -, es más difícil de lo que esperaba.
-Consiste en poner una palabra detrás de otra. No lo veo tan difícil.
Él asintió, sonriendo. Parecía idiota, pero me pareció tierno. Abrió la boca para hablar de nuevo, pero alguien le interrumpió.
-Harrington - era Billy.
-¿Qué quieres ahora?
-Solo vengo a recordarte que no te acerques más a ella - me señaló -. A no ser que quieras acabar mal.
-Joder - solté -. Vámonos, Steve.
Iba a levantarme, pero Billy me mantuvo sentada poniendo sus manos sobre mis hombros.
-¿A dónde vas, preciosa?
-No la toques - masculló Steve.
-¿Qué dices, Harrington?
-¡Que no la toques, joder!
Toda la cafetería miró en nuestra dirección. Billy soltó una risa falsa y se apartó. Pasó al lado de Steve y le susurró algo al oído, posiblemente una amenaza, antes de marcharse.
-¿Qué ha dicho?
-Nada. Tonterías.
Sonreí.
-Gracias - dije. El timbre me interrumpió -. Acuérdate de recogerme después de clase.
-Sí.
Le di un beso en la mejilla y me alejé, dejándole con una sonrisa tonta en la cara. No volví a acordarme de lo que supuestamente tenía que decirme.
En mitad de clase de biología recordé que Dustin me debía un cómic, así que nada más salir de clase le llamé por el walkie para ver si podía pasarme por su casa un momento. Él aceptó.
-Steve - saludé -. Jonathan no está, como era de esperar. Creo que a veces se olvida de que tiene hermanos que necesitan de sus servicios de taxista.
-Bueno, para eso estoy.
-Muchas gracias. Ah, y no me lleves a casa; voy a casa de Dustin.
-¿A casa de Dustin?
-Me debe un cómic. Larga historia.
Él sonrió y aceptó llevarme. De camino, hablamos de cosas sin importancia. Me recordó la conversación que había tenido con Jonathan aquella misma noche, en la que hablamos de cosas que ni siquiera tenían sentido.
Una vez llegamos, me despedí de él con un beso en la mejilla y fui a llamar a la puerta. Su coche aún tardó un poco en arrancar de nuevo.
-Hola - saludó Dustin, abriendo la puerta.
-Qué hay.
-Pasa.
-Eso iba a hacer. ¡Hola, señora Henderson!
-Hola, T/n. ¿No habrás visto a Mews, por casualidad?
-No, no lo he visto. Pero si lo veo le avisaré.
-Muchas gracias.
Dustin meneó la cabeza y yo reí, mientras su madre se preguntaba en voz alta dónde estaría la mascota a la que, sospeché, cuidaba casi mejor que a su hijo.
-Vamos a mi cuarto, allí están los cómics - propuso Dustin.
Le seguí escaleras arriba. Al entrar a la habitación, unas manchas en el suelo llamaron mi atención.
-Mira, tengo un poco de todo. Puedes llevarte estos, porque los otros son…
-Dust - interrumpí -. ¿Eso… eso es sangre?
Él miró en la misma dirección que yo y vio las manchas. Era un rastro que llevaba hasta una esquina de la habitación. Nos acercamos despacio y, con mucho cuidado, nos asomamos detrás de la silla que escondía el horror.
Sentí la necesidad de gritar al ver lo que tenía delante, pero no lo hice para no alertar a la madre de Dustin. Me tapé la boca con las manos para reprimir el grito, que igualmente salió como un gemido contenido.
Detrás de la silla, una criatura se estaba comiendo al gato de la señora Henderson. Aquella cosa miró en nuestra dirección y rugió mostrando su boca, que ocupaba toda su cara y que recordaba a una flor. Una imagen que nunca había podido quitarme de mi cabeza después de mi primer encuentro con el monstruo al que habíamos nombrado Demogorgon.
Gracias por leer y por el apoyo que le dais a la historia♡
Es genial saber que a alguien le gusta y se interesa en leerlo
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Stranger Things // La Tercera de los Hermanos Byers
FanfictionT/n Byers. Hermana mediana de Jonathan y Will Byers. Una chica tranquila con una vida tranquila, un pequeño grupo de amigos y una familia que la quiere. Todo parece ir bien en el pequeño pueblo de Hawkins, hasta que T/n y sus amigos descubren que no...