XXVI. VECNA

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El camino hacia la casa Creel fue en completo silencio. Fui la primera en romperlo cuando me senté al lado de Max, cuando ya casi llegábamos.

-¿Estarás bien? Aún podemos cambiar - ofrecí.

-No. Quiero hacer esto - el brillo de sus ojos lo confirmaba, pero supe que también tenía miedo.

-¿Segura? - insistí.

-Kate Bush me protege - sonrió al decirlo, y me pareció la sonrisa más bonita del mundo, quizá porque era también la más valiente.

-Vale. Pero prométeme que tendrás mucho cuidado.

-Te lo prometo.

Asentí con la cabeza. Nos abrazamos, con fuerza, y supe que Max temía lo mismo que yo: que aquel abrazo pudiera ser el último.

-Lucas - llamé, reacia a deshacer el abrazo. Él nos miró -. Cuídala.

-Pues claro que lo haré.

Sonreí y me separé de Max. Ella volvió a sonreír, pero esta era una sonrisa triste. Aparcamos delante de la casa, y mi mano soltó la de Max por última vez cuando bajó detrás de los hermanos Sinclair.

-Tened cuidado - exclamé -. Y, Erica… cuídalos a los dos.

Ella asintió, y yo cerré la puerta. Volví a sentarme mientras Steve arrancaba.

-¿Todo bien? - preguntó Dustin.

-Ya no hay vuelta atrás.

Aparcamos cerca del portal más accesible que teníamos, el de la caravana. Esperamos a que se hiciera de noche para poder empezar con el plan. ¿Por qué siempre tenía que ser de noche? Siempre había sido amante de las últimas horas de la noche y de las primeras de la madrugada, pero desde que habíamos empezado a dedicarnos a cazar monstruos a esas horas, no me gustaba nada la idea. Aunque supongo que hacerlo de día sería menos emocionante, pero, joder, yo no quería emoción, solo quería seguir con vida.

-A ver. Vamos a repasarlo otra vez - decidió Nancy -. Fase uno.

-Quedamos con Erica en el parque. Les dará la señal a Max y a Lucas cuando lleguemos - respondió Robin.

-Fase dos…

-Max atrae a Vecna - siguió Steve. Sentí un escalofrío ante la afirmación. Aquel nombre podría haber sido el mío, debería serlo -. Para atacarla tendrá que entrar en trance.

-Fase tres.

-Alejamos a los murciélagos - Dustin señaló a Eddie.

-Cuatro.

-Entramos en la guarida de Vecna y… flambé - dijo Robin, y agitó la botella que tenía en la mano.

-Que nadie pase a otra fase sin habernos comunicado - pedí.

Por alguna razón, acababa de acordarme de algunas partidas de D&D que no habían acabado bien por no haber hablado entre nosotros antes. Supuse que Steve estaría pensando en algún partido en el que hubiera pasado algo parecido.

-Y que nadie se desvíe del plan, pase lo que pase - añadió Nancy -. ¿Entendido?

Asentimos. Cogimos las armas y todo lo que necesitaríamos, y entramos en la caravana de Eddie. Steve fue el primero en cruzar para colocar un colchón del otro lado. Después seguimos nosotros.

-Nos vemos al otro lado - dije a Eddie, mientras empezaba a subir.

-Al otro lado - repitió.

Aquellas frases ya se habían convertido en costumbre, y esta vez ambos la repetimos pensando que podría darnos suerte. Y, del otro lado, salimos de la caravana.

Stranger Things // La Tercera de los Hermanos ByersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora