Entré a Scoops Ahoy, la heladería del centro comercial. Una sonrisa iluminó el rostro de la joven que atendía a los clientes. Me acerqué a ella.
-T/n, ¿qué hay? - saludó.
-Hola, Robin. ¿Cómo va la tarde?
-Aún nos sobra helado de tu sabor favorito, si quieres.
-La pregunta ofende.
Ella sonrió y empezó a preparar el helado.
-¿Con chispas de chocolate?
-Por supuesto.
-Bien... aquí tienes. ¿Vas a pagarlo? - preguntó mientras me lo tendía, con una sonrisa que indicaba que conocía la respuesta a su propia pregunta.
-Sabes que no. Descuéntaselo a Steve.
-Está detrás.
Di la vuelta al mostrador y llamé a la ventana de atrás. Steve la abrió.
-Hola - saludé.
-Pasa - dijo.
Se apartó y yo salté por la ventana. Volvió a cerrarla detrás de mí. Miré un poco a mi alrededor; había estado ahí muchas veces ya, pero seguía sintiéndose raro entrar sin trabajar allí.
Cuando me di la vuelta, Steve me observaba atento, como una sonrisa.
-¿Qué? - pregunté.
-Eres preciosa - respondió. Sonreí, halagada -. Ven aquí.
-Steve, estoy comiendo.
-Deja el helado y ven aquí.
-No pienso dejarlo. Es helado, Steve, es un manjar de Dioses.
-Ven aquí.
-¿O qué?
Él se acercó. Traté de apartar mi helado, pero él, al intentar cogerlo, lo tiró al suelo.
-¡No! ¡Mi helado! - exclamé, fingiendo llorar.
-Luego te tomas otro. Te lo pago yo.
-Bueno. Ya me habías pagado este, pero muchas gracias.
-¿Qué?
-Pregúntale a Robin.
Él sonrió y asintió. Sabía que Robin y yo nos habíamos caído bien desde el día en que nos presentó. Qué le vamos a hacer, tengo un encanto natural.
Sin que ninguno de los dos limpiase el helado que se extendía por el suelo, Steve me besó. Era un beso fuerte, necesitado, casi desesperado; todo lo contrario al primero, tan lento y dulce.
Me aupó y me sentó encima de la mesa. A medida que los besos subían de intensidad, empezó a descender hacia mi cuello. Llevó una mano hacia mi pantalón para tratar de desabrocharlo.
-Steve... aquí no - lo paré -. Robin podría entrar en cualquier momento.
-No lo hará.
-Steve.
-Vale, vale.
Siguió besándome, pasando de mi boca a mi cuello y viceversa. De pronto, escuchamos el timbre.
-Eh, zoquete, tus niños han vuelto - indicó Robin al otro lado de la ventana.
-Mierda - susurró Steve. Se acercó a la ventana y abrió -. ¿Otra vez? ¿En serio?
Como única respuesta, volvieron a tocar el timbre. Steve suspiró y abrió la puerta para dejarlos pasar. Básicamente, mis amigos usaban la heladería para poder pasar al cine sin pagar.
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Stranger Things // La Tercera de los Hermanos Byers
FanfictionT/n Byers. Hermana mediana de Jonathan y Will Byers. Una chica tranquila con una vida tranquila, un pequeño grupo de amigos y una familia que la quiere. Todo parece ir bien en el pequeño pueblo de Hawkins, hasta que T/n y sus amigos descubren que no...