ÚLTIMAMENTE HARLEN SE SENTÍA MÁS COMODO EN SU PIEL, pero era porque no terminaba de conocer completamente al hombre que veía en sus reflejos, había un lado salvaje en él, uno peligroso que salía a la luz de formas que él nunca imagino posible, sin embargo, no esperaba llegar al grado de iniciar una mañana alimentando a sus hienas con un niño como advertencia.
Pero lo hizo y funcionó cuando a las primeras horas de que el sol iluminara la capital, los gritos resonaron fuertemente por escasos sonidos antes de ser acallados permanente por los colmillos de Vador. Mysaria salió de inmediato, al igual que otros vecinos y trabajadores que fueron apartados por los capas doradas.
—Por los Siete, ¿De qué se trata esto? —la morena jadeó al ver el pequeño cuerpo siendo destazado por las hienas con crujidos obscenos y retorcidos gruñidos, era la risa de la muerte que hacían a los demás mirara hacia otro lado—. Tú, ¡Harlen! ¿Qué demonios les ocurre a esos demonios? ¿Ahora dejas que destacen a las personas? ¿A niños?
—Entra—Harlen se limitó a decir, tratando de tomar su brazo y redirigirla hacia el interior de su posada que estaba cerca de la bahía, tanto que la brisa marina entraba por las ventanas de ladrillo, pero Mysaria se soltó furiosa, cómo tantas veces la había visto con Daemon, pero nunca con él.
—Suéltame, no tienes derecho... ¡El rey se enterará de tus actividades!
—Tengo todo cuando hablas de más con quien no deberías—Harlen murmuró entre dientes, lo más cercano para que nadie más alrededor escuchara. Harwin Strong y otro hombre entraron con él hasta el despacho, sin embargo, el pelinegro los despidió con un ademán de mano en el umbral de la puerta—. Sólo vigilen el pasillo. Nadie entra hasta que salgamos.
Mysaria soltó una risa irónica cuando cerró la puerta, la lysena estaba cruzada de brazos mientras lo miraba negando—¿Con que esto es por Daemon?
Harlen avanzó hasta una de las sillas y se recargó contra el respaldo de madera, sus ojos agudos intentaban punzar al Gusano Blanco, no había recibido con la mejor cara las habladurías de Daemon siendo expulsado de nuevo.
Harlen no necesitó preguntarle al Príncipe Canalla sobre el motivo de su destino cuando Rhaenyra había regresado sana y salva, pero no había guardia real en su puerta cómo se supone que debería haber, pero... vaya que el hijo del Septón Supremo escuchó sonidos tras la puerta de la heredera después de dejar a su primo en la posada de ahora. Podía ser que Daemon no fuera el que se llevara su virtud, pero Ser Criston Cole tampoco era el santo que todos habían creído que era, incluyendo a Harlen.
El ceño de Harlen se frunció levemente—¿Por Daemon? ¿Crees que estoy aquí por Daemon?
La mirada de Mysaria se vio invadida por un destello de confusión ante el tono ofendido de Harlen—¿Por qué si no? ¿O es que acaso tú te has sumado a los partidarios Hightower?
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SINNERS ─── Aemond Targaryen
FanfictionS | ❝El Septón Supremo es mi padre, él nos absolverá de todos nuestros pecados.❞ Harlen creció en el seno de la familia Lazadhor, liderados por el patriarca Kadar. Observando como pasaban de ser una casa extranjera, proveniente de Volantis a o...