III☆彡No Existe el Honor

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   SESEINTA Y CUATRO AÑOS HABÍAN PASADO desde el reinado de Maegor "El Cruel" y tres generaciones habían vivido en tiempos de paz, pero, aun así, los reinos seguían entrenando a sus caballeros, aguardando el momento de la guerra que nunca llegaba. Por lo que no era de extrañar que los torneos fueran tan sanguinarios, pues era la única vía de escape para su violencia reprimida.

     Era el torneo más grande que Harlen había visto en su vida, por no decir la cantidad de coloridos estandartes de las casas de Poniente que salieron de sus fortalezas y castillos para asistir. Desde el lobo huargo de los Stark en el Norte, la trucha plateada de los Tully de la Tierra de los Ríos, el león dorado de los Lannister de las Tierras del Oeste, el kraken dorado de los Greyjoy de las Islas de Hierro, la rosa dorada de los Tyrell del Dominio o los estruendosos Baratheon de las Tierras de la Tormenta con su venado. Eran un desfile digno de colores junto a sus numerosas casas vasallas.

    El recinto del torneo prácticamente rugía como uno cada que la lanza tiraba del caballo a un contendiente o un hacha se clavaba en el desafortunado caballero que representaba a su casa. Hubo lágrimas, sorpresas, gritos eufóricos y de horror. Harlen había tenido que tragar fuerte más de una vez y obligarse a no correr la mirada cuando las justas se convertían en un duelo con armas por el caballero desmontado. La celebración de un nacimiento se había convertido en una carnicería desde que el rey Viserys anunció que la reina Aemma Arryn estaba de parto.

    Pudo escuchar a su madre sisear a Barbenna Osgrey que le encantaría ver a los hombres experimentar contracciones y ver sí les gustaría que todos celebraran mientras sienten que mueren. Harlen sólo recordaba el nacimiento de su hermano Laegor, pero los gritos de su madre desde el cuarto donde a nadie, más que las parteras se les permitió pasar, le hizo acabar con todas las uñas de sus manos por tanto morderlas, intentando distraerse a él y Bashira para no entrar a "acabar con el monstruo" que le hacía daño a su madre.

    El Septón Supremo y su familia estaban sentados en el mismo palco que los miembros de la casa reinante, así que para Harlen, era fácil encontrar a su familia y ver sus reacciones cuando su padre no estaba viendo. Apartado de las gradas con la noble audiencia, Harlen se había encontrado más ocupado en los establos cepillado el corcel negro de guerra de Daemon, ensillándolo y alistando a Hermana Oscura por su requerimiento en cualquier momento. Afortunadamente, había pulido la armadura una noche antes, así que los rubíes engarzados en la coraza de Daemon estuvieron tan radiantes como su victoria sobre Gwayne Hightower.

    Harlen no había resistido sonreírle engreídamente a su hermano del otro lado de la arena antes de que Thaegel corriera con un rostro que comenzó irritado hasta volverse pálido por el susto al ver el resultado del golpe de la terrible caída del hijo de la Mano del Rey. Medio rostro raspado con mucha sangre que Harlen supuso, escandalizaba el daño más de lo que era.

    Aunque, la suerte de Daemon se puso del lado contario de la balanza conforme fue avanzando la tarde, tal como la de su escudero, su balanza se inclinó demasiado del lado de la mala fortuna.

SINNERS ─── Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora