PERDER EL OJO LE HABÍA DOLIDO MENOS, que esas cinco palabras. Su ola de tristeza fue tragada por un tifón colérico que desfiguró todo su rostro con la cólera al tomar a su primo por los hombros y sacudirlo.
—¡Eso no es cierto! ¡No digas eso! ¡No es verdad! —Aemond negó.
—Lo es, todos lo están diciendo, ya es noticia—Tavion sollozó sin percatarse de cómo el príncipe aflojaba su agarre, sin embargo, la mandíbula de Aemond se apretó un poco más hasta que sus dientes rechinaron.
—¿Qué noticias? ¿Quién las ha dicho? ¡Lo mataré!
—Los comerciantes que han venido de Essos ya lo saben, Lys se encargó de expandir la noticia.
—¿Lys?
—Le advertí que no debía hacer enojar a la Triarquía—Bashira se lamentó con una mano contra su pecho, sus hermosos rojos parecían los de un demonio debido a la hinchazón producida por el llanto.
Aemond sintió como sus oídos se cerraban y abrían a las palabras cada vez más confusas, no podía aceptar esa verdad, no, su tío no podía estar muerto. Él tenía un dragón y era uno de los guerreros más hábiles que había conocido—¡Pues esos extranjeros mienten! Harlen no puede morir. ¡Tiene a Fantasma Gris!
—Una flecha le dio en el hombro, eso lo tiró del dragón al mar.
La garganta de Aemond se cerró mientras uno de sus puños se cerraba alrededor del pomo de su espada y otro apretaba el anillo, lleno de rabia corrió de la habitación a pesar de las suplicas de su tía por quedarse. Fue a las caballerizas y sin darle explicaciones a nadie, tomó a su caballo para cabalgar hasta Pozo Dragón donde liberó a Vhagar de sus cadenas.
Con el pensamiento puramente nublado por la ira y el dolor, sobrevoló la Bahía de Aguasnegras hacia el este, él mismo averiguaría el destino de su tío o cobraría venganza contra esos piratas malnacidos como lo hizo su abuelo antes que él. Sin embargo, no llegó muy lejos cuando pasó Rocadragón, pues un rugido agudo estremeció a los cielos y ante la familiaridad del sonido, Vhagar respondió.
Aemond no lo entendió al principio, hasta que vio al Anfíptero de Sangre tras él. Su tío Daemon montaba a un dragón más joven, que, aunque pequeño para el tamaño de Vhagar, mucho más veloz que la criatura de la Conquista.
—¡Sal de mi camino! —Aemond rugió en el aire cuando su tío le lanzó una llamarada muchos metros por delante, por lo que el fuego jamás lo toco, pero sí fue una advertencia para detenerse.
—Estas muy lejos de casa, sobrino—la voz de su tío no era la misma con ese tono desafiante y burlón, estaba seria, así como su mirada cargaba una tristeza que jamás podría expresar en palabras.
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SINNERS ─── Aemond Targaryen
FanfictionS | ❝El Septón Supremo es mi padre, él nos absolverá de todos nuestros pecados.❞ Harlen creció en el seno de la familia Lazadhor, liderados por el patriarca Kadar. Observando como pasaban de ser una casa extranjera, proveniente de Volantis a o...