LOS LAZADHOR HABÍAN SOBREPASADO TODAS LAS LEYES DE LOS DIOSES SOBRE LOS HOMBRES, eso era lo que pensaba cada señor y dama de las más altas cunas al entrar en el Septo Estrellado de Antigua, siendo su primera vista el más nuevo de los vitrales del edificio de la fe donde el Padre celestial aparecía retratado con el rostro del Septo Supremo Kadar, la Madre portaba un rostro ligeramente más mayor que el de la doncella, pero seguía siendo una belleza casi inhumana, una valyria que sólo correspondía a la princesa Saera Targaryen; la Doncella retrataba la viva inocencia que Lady Bashira irradiaba con sus escasos once años, pero en un cuerpo mayor, el Guerrero portaba una armadura dorada bajo los rasgos feroces dé Thaegel Lazadhor mientras empuñaba un mazo de picos que era representado con vidrios grises perfectamente unidos y cortados mientras que el Herrero era una visión futurista de quien Laegor Lazadhor podía convertirse, pues eran claros los puntos de unión entre las características de tanto el padre como los hermanos con el rostro aún aniñado del futuro señor o septón, pues su padre aún no se decidía.
Y encapuchado, siendo una sombra a la derecha del Guerrero, estaba el Desconocido. Aunque el rostro no se le viera por completo, estaba retratado con una lanza en su mano izquierda mientras vestía una armadura negra con bordes de un verde que recordaba al del fuego valyrio, no podía ser otro que Harlen Lazadhor. La Vieja parecía ser la única salvada del acto profano de los Lazadhor por quererse comparar con la imagen de un dios, pero sí se miraba con certeza, podían distinguirse rasgos de la reina Alysanne Targaryen en sus últimos días.
Sin embargo, la controversia era algo a lo que el Septón Supremo Kadar estaba acostumbrado desde hace años, sabía que sus acciones podían traer odio y ofender a muchos, pero era algo a lo que estaba dispuesto a enfrentar cada que actuaba. ¿De qué manera sino hubiera llegado hasta dónde está? Kadar Lazadhor seguía siendo un hombre tan osado como en su juventud cuando se adentró sin miedo a las tierras de Sothoryos.
Enfado, adoración, confusión, envidia, sorpresa, satisfacción, ah, cuantas emociones no entraban por la puerta de los Siete de Antigua y Kadar las veía todas con cuidado, las estudiaba, las reflexionaba... Muchas veces sólo, pero también podía hacerlo en compañía de su amada Barbenna. Aunque el respeto de sus hijos fue solemne cuando ambos entraron en su habitación con la cabeza baja, porque ellos podían ser los príncipes de la fe, pero él era la máxima voz a la que incluso el rey de los Siete Reinos respondía.
—¿Por qué? ¿Por qué los dioses me castigan con hijos tan insensatos? —Kadar cuestionó duramente a los cielos puros de Antigua donde la luz del faro era menos intensa ante el reinado de los astros.
Hizo un ademán para que sus hijos se sentaran frente a él mientras Kadar volvía a su asiento de terciopelo rojo y recargaba sus codos sobre la mesa, su barbilla descansaba entre sus manos entrelazadas, ya que sus ojos escudriñaban con severidad a sus dos hijos mayores.
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SINNERS ─── Aemond Targaryen
FanfictionS | ❝El Septón Supremo es mi padre, él nos absolverá de todos nuestros pecados.❞ Harlen creció en el seno de la familia Lazadhor, liderados por el patriarca Kadar. Observando como pasaban de ser una casa extranjera, proveniente de Volantis a o...