EL DOLOR EN SU MANO IZQUIERDA ERA PUNZANTE, pero era el más pequeño de sus penares comparados con la pérdida de su padre y ver cómo el hogar que tanto le había costado construir estuvo ardido toda la noche, convirtiendo a Cueva Negra en la fogata enorme que dejaba escapar lluvias de ceniza y un horrible olor a humo que los seguía incluso hasta la costa dónde se había montado un pobre campamento.
La gran casa Lazadhor reducida a... nada.
«No, eso no es cierto, aún nos tenemos a nosotros» susurró esa voz en su cabeza. Aún tenía una familia que lo acompañaba en su duelo, en sus pérdidas y a la que aún tenía que mantener con vida.
Harlen sabía que la guerra había comenzado, siendo él uno de sus nuevos orquestadores, pero los Siete le demostraban que nadie más que ellos tenían el control absoluto para decidir el destino... y cómo humanos, sólo ellos podían tener la capacidad para reaccionar a la adversidad.
─Madre quiere ir a buscar los restos de nuestro padre─ le anunció Laegor al llegar a su lado, Harlen había estado en una colina rocosa mirando la estructura humeante que aún seguía en pie, pero su piedra parecía hecha de carbón─, y dejarlos con los de Thaegel en la cripta.
─No hay tiempo para eso... Los funerales son para los tiempos de paz─ murmuró fríamente mientras se giraba, buscando la cabellera rubia de su madre, quien seguía metida en el mar hasta las rodillas, mirando con furia hacia el horizonte. Había ido para lavarse el rostro del hollín, pero las arrugas en su rostro y la cólera concentrada en sus orbes violáceos, le indicaba a Harlen que ella planeaba algo.
Los pasos de Laegor eran ruidosos, incluso en la arena, pero se detuvo en la orilla blanda cuando vio a Harlen entrar en el agua sin importar que sus botas se empaparon. La ropa ya estaba arruinada.
─¿Crees que Bashira vio esto en las llamas?─ le preguntó su madre con dureza.
─Si lo vio o no, yo debí saberlo...
Saera mordió con amargura ─Siempre nos han odiado.
Había perdido a su esposo y casi a un hijo por manos de la fe, sin contar la pesadilla que vivió estando en Antigua. Años robados, sueños quebrados y cadenas invisibles pasaron en segundos frente a los ojos de Saera, quien ahora sólo podía pensar en tomar a su dragón e ir quemando cada septo con el que se encontrara.
─Sí, pero no creí que tuvieran las agallas para hacernos esto─ admitió Harlen con hastió, se sentía un idiota. Había un enfado arraigado hacia la fe y sus ratas conspiradoras, pero sobre todo, hacia él mismo. Se culpaba por no haber actuado ante el peligro─. Los he subestimado.... y ahora estamos en peligro.
─Nuestras vidas penden de un hilo mientras Poniente se quiebra a la mitad─ Saera apretó su mandíbula y se giró bruscamente para sostener a Harlen por los hombros─. Harlen... nada de lo que hagamos ahora tendrá sentido si no aseguramos nuestras vidas en este momento, la fe querrá cortarnos el cuello a dónde sea que vayamos... Somos una amenaza.
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SINNERS ─── Aemond Targaryen
Fiksi PenggemarS | ❝El Septón Supremo es mi padre, él nos absolverá de todos nuestros pecados.❞ Harlen creció en el seno de la familia Lazadhor, liderados por el patriarca Kadar. Observando como pasaban de ser una casa extranjera, proveniente de Volantis a o...