Capítulo 17

34 4 0
                                    

Siempre me asustaba lo nuevo, lo desconocido, pero ahora puedo decir con certeza que ya no es así. Ese paso que di por mí misma fue increíble porque todas las cosas por la que tuve que pasar, de alguna forma me ayudaron a crecer como persona. 

Lo reconozco y agradezco que sea así.

Ahora un ciclo se cierra pero se abre uno nuevo. Los cambios, y ver como otras puertas se abren, siempre serán grandes desafíos para nuestras vidas. No debemos inquietarnos o asustarnos, solo es cuestión de tomar el impulso y seguir.

En mis manos tengo mi diploma de graduación, nos graduamos bajo las despedidas de nuestros compañeros y profesores. Cada momento especial que acontecieron en estos tres años lo atesoraré. Fueron meses inolvidables, de cambios, de decisiones y nuevos desafíos.

Lo mejor fue haber conocido a los chicos. Conocer a nuevos amigos que se transformaron en una gran familia. A pesar de que nuestro ciclo escolar acabó en un instante, juntos lograremos seguir avanzando y construiremos los mejores futuros recuerdos.

De mi parte, lograré hacer el examen de ingreso para aplicar a la Universidad Nacional de Seúl y me iré de casa para, de una vez por todas, lograr independizarme. Presiento que no será fácil pero muero por arriesgarme y hacerlo. Nunca en mi vida estuve tan emocionada de poder hacer algo por mí misma. 

-Hana ese diploma debes guardarlo ¿Cuántas veces lo vas a ver? - molestó Jungwoo. - Además solo es un papel, ahora nos queda la peor parte.

Estaba con algunos de los chicos, al terminar con el acto de graduación quedamos en cenar juntos. Como algunos tuvieron que irse antes, quedamos en reencontrarnos en el restaurante que habían reservado.

-Hana, ¿podemos pasar por un sitio antes de seguir? - preguntó de repente Yuta. 

-Claro, nos vemos chicos - despedí. Jungwoo y Doyoung estaban algo extraños. Los conozco, algo deben saber. Ellos se despidieron y nosotros comenzamos a caminar hacia otra dirección.

Yuta también está extraño desde ésta mañana. Al principio pensaba que era por el acto de graduación pero al parecer no era eso.

Algo andaba mal con él.

Al seguir caminando, de lejos pude reconocer a una persona en particular, Jiro. A su lado se encuentra un auto negro y por su acción daba entender que estaba esperando a una persona. Yuta dio cuenta de su presencia también. Pero no dijo nada, eso me sorprendió porque siempre suele sacarlo de nuestra vista, pero ahora es diferente. Es como si aceptara su presencia bajo una extraña neutralidad.

De alguna forma una oscura sensación vino a mí. En cuestión de segundos un sinfín de pensamientos confusos comenzaron a venir.

Nos detuvimos en un pequeño parque desolado. Ya estaba por oscurecer y creo poder ver algunas nubes pronosticando una leve lluvia. El ambiente pasó de ser agradable a uno desolado e inquietante. 

-debo irme - dice interrumpiendo el silencio abrumador. 

-¿no irás a la cena? nos están esperando.

-vuelvo a Japón y puede que no vuelva a Corea.

-¿Qué dices Yuta? - intenté pensar que era una broma pero al verlo comprendí que no era así. Él está serio, incluso más de lo normal. Su mirada es tan indiferente y fría.

-debemos terminar Hana, es lo mejor - apartó su mirada. - mi padre quiere que vuelva y no tengo opción.

-¿Terminar? ¿Yuta te estás escuchando? 

-lo siento.

-¿Lo sientes? entonces dímelo mirándome, si me miras y me dices que terminemos entonces lo aceptaré.

-Hana.

-¡Mírame! 

Él no quería mirarme, y lo comprendí. Él no quería esto. Ninguno de los dos lo quería.

-yo... fui un egoísta - habla con dificultad. - sabía que esto podría pasar y seguí adelante. Pero nunca quise lastimarte - confiesa.

-¿entonces por qué haces esto? - sin previo aviso mis lágrimas comenzaron a caer.

"Maldición, odio ser tan débil".

-tienes un futuro hermoso Hana, de seguro lograras entrar a la Universidad que quieres, serás una gran doctora - aun seguía sin mirarme. - pero en mi caso es diferente.

-tú no quieres eso.

-no lo quiero pero debo hacerlo.

-naciste para algo más, tienes un gran corazón Yuta puedes luchar contra eso - intento convencerlo con la pura verdad. Pero su padre lo limita a tantas cosas. Él estaba saliendo adelante, dejando atrás ese oscuro pasado. Pero ahora es como si se derrumbara todo lo que fuimos construyendo en este tiempo juntos. 

-no Hana, nunca se puede salir, es como un laberinto sin salida y yo no quiero que estés en él - cuando al fin conectó su mirada con la mía pude observar sus ojos lagrimosos. Ambos estábamos con el corazón destrozado, y es la peor sensación que pude sentir en mi vida.

-si te vas te apartaras de todos nosotros ¿Eso quieres? Japón no queda lejos desde aquí pero ¿sabes cual es el problema? el problema es que te convertirás en esa persona que no quieres, dejaras tu conexión con tus amigos, con la gente que quieres, ¿aun recuerdas esos años que estuviste lejos de ellos? ¿Quieres eso? 

-no tengo opción - murmura. - te apartarás de mi porque es peligroso, podrás... - no lo deje terminar porque lo fundí en un abrazo. 

-no quiero que te vayas - correspondió al abrazo con fuerzas sosteniendo mi cabeza como si no quisiera que me apartara de su lado - por favor - sollocé.

-eres y serás lo mejor que me pudo pasar en la vida.

-no hagas esto.

-lo siento - vuelve a disculparse. - tienes que ser feliz Hana, haz todo sin arrepentimientos no te limites a vivir - cada palabra que salía de su boca era tan difícil de escuchar, lo es porque se está despidiendo y no puedo hacer nada para detenerlo. - debo irme - cuando nos separamos, sentí un gran vacío. 

Él comenzó a caminar hacia donde se encuentra Jiro y en un instante veo a los chicos que empezaron a caminar lentamente a mi dirección. Ellos sabían de esto, y estaban esperando por nosotros. La cena solo era una excusa.

Yuta se aleja poco a poco, ni siquiera pude volver a mirarlo a los ojos. Él camina en pequeños pasos pero en un instante su andar se detuvo. Al voltear, volvió corriendo hacia mi atrapándome en un abrazo. 

-si tú estas bien entonces yo también lo estaré - besó mi frente. - no quiero que llores Hana, quiero que seas feliz - murmura con dificultad al darse cuenta de que su voz comenzó a quebrarse. - ¿Me lo prometes? -  pregunta conectando su mirada con la mía. Amo ver esos ojos. Nunca podría cansarme de verlos. Sus ojos son oscuros como la noche pero son únicos cuando se iluminan en pequeños destellos y brillos al verme.

Sostengo su mejilla intentando guardar cada detalle de su rostro, guardando cada detalle; su mirada, su fragancia varonil, esos pequeños mechones que caen de su frente. Todo en él es perfecto.

Empezamos nuestra historia con una promesa y terminamos con otra.

-lo prometo - añado con dificultad. Él asiente regalándome una pequeña sonrisa.

"Su última sonrisa..."


"Your Smile"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora