Comencé con mi aburrida rutina de todos los días, levantarse temprano, bañarse, preparar el uniforme escolar, desayunar sola, y claro ir hacia la parada de autobús. Podría ir con el chofer, pero fue lo único que les pedí a mis padres "no tener un chofer". No quería ser catalogada por mis compañeros como la chica rica que llega con un chofer privado, no quiero volver con aquellos prejuicios de mi antigua preparatoria.
Esta vez deseo más libertad, quiero poder independizarme y hacer lo que realmente me gusta hacer sin interferencias de mis padres. Por el momento sólo puedo darles buenas notas y un buen comportamiento de mi parte, pero a cambio les pedí que no interfieran en gran parte de mi vida.
Fui hacia el salón, todos se encontraban en diferentes asientos, hoy cambiábamos de lugar según los profesores para ampliar el compañerismo y respeto. Visualicé en la pizarra para ver el lugar designado.
Me tocó al fondo en los laterales de la ventana. No era un pésimo lugar pero de seguro habría distracciones. Nunca me consideré la chica más popular que digamos, era sociable depende, pero mayormente suelo ser seria. Además siempre fui la mejor de la clase en cuanto a notas.
Amigas bueno realmente me cuesta mucho confiar en ellas, trato de no empatizar con nadie, no puedo confiar en otras personas, tal vez fue gracias a las horribles experiencias del pasado.
Mientras esperábamos a que llegara el profesor de literatura, escuché que alguien se estaba acomodando a mi costado. Mi compañero o compañera de bancos. No quería ver quien era, de todas formas no suelo hablar con mi compañero de banco y muchos ya conocen mi forma de ser por lo que optan por no hablar conmigo, lo cual es un alivio de mi parte.
- Supongo que "hola" - saludó una voz conocida. Voltee a mi costado y ahí lo vi con su típica sonrisa. Nakamoto Yuta, unos de los chicos más populares de la preparatoria. Él y sus amigos eran muy unidos, cada tanto observaba sus interacciones al punto de sentir envidia, me preguntaba "¿Qué se siente ser tan cercano a un amigo?" Preguntas de ese estilo.
Yuta ingresó a mitad del año pasado, pero al parecer ya conocía a ese grupo de chicos por lo que su ingreso fue más fácil y no necesitó hacer nuevos amigos. Admiraba su forma de interactuar, siempre es divertido, y liberal con sus amigos. En mi caso solo he cruzado algunas palabras con él pero nada más.
-hola - dije para volver mi vista al frente. Después de unos minutos comenzó a quejarse de algo, opté por prestarle atención a sus palabras.
-"realmente esto es aburrido" - contestó en su idioma natal. Es gracioso porque puedo hablar varios idiomas, además de que el japonés es mi lengua nativa por parte de mi padre - De seguro no entiendes lo que estoy hablando... - recostó su cabeza en sus brazos, no quería verlo pero era inevitable no escucharlo - mi compañera de banco es seria pero no la considero así... -
- gracias - contesté de igual manera. Dio un brinco en su asiento para observarme. Lo miré algo confusa.
- ¿Hablas japonés? - preguntó.
-si.
-o sea que puedo practicarlo contigo.
- ¿practicarlo? - no estaba entendiendo nada.
- claro, a veces se me olvidan ciertas cosas, ya sabes, vivir acá me hace olvidar mis viejas raíces - sonrió dejándome paralizada al ver su tierna sonrisa.
No supe que contestar. Y creo que entendió mi silencio porque volvió a sonreír.
-seamos amigos - respondió - si somos cercanos es más fácil practicarlo ¿Qué dices? -
-¿amigos?
-así es - estrechó su brazo - Nakamoto yuta - dejó su mano en el aire esperando mi respuesta.
"¿Por qué se presenta si toda la preparatoria lo conoce?"
- Okada Hana - respondo a su saludo.
- Un momento, ¡tu nombre es japonés! - exclamó feliz llevándose consigo la mirada de algunos compañeros.
- Sí, porque es mi lengua nativa - contesté con obviedad. Tal vez pensó que por mis rasgos soy 100 por ciento coreana, pero no, soy mitad coreana y mitad japonesa.
La entrada de nuestro profesor interrumpió dicha presentación. Todos recibimos cordialmente al profesor para dar comienzo, "al fin", a la clase.
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"Your Smile"
RomansaElla estaba aburrida de su rutina del día a día. Para ella todos los días eran iguales. Él seguía ordenes y responsabilidades en un mundo que quería desaparecer. Un día ambos se cruzaron e hicieron una promesa que lo terminó por cambiar todo...❤✨