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6 de septiembre, casa de Samantha

Samantha miró con las cejas levantadas a la pareja que tenía en frente suya.

- Buenas- saludó Ruby primero, soltando la mano de Noelia para abrazar a su mejor amiga- Espero que no te moleste que me haya autoinvitado hoy.

- No digas estupideces Ruby- pidió Samantha al escuchar sus disculpas y miró a su hermana que aún estaba al otro lado del marco- Al parecer no eres lo suficientemente valiente como para venir sin Ruby, eh.

Noelia se limitó a fingir una mueca de fastidio y entrar. Esto provocó que las otras dos mujeres rieran un poco.

Ruby cerró la puerta detrás de si, siguiendo a Samantha por el pasillo hasta el salón, donde Noelia ya se encontraba sentada hablando animadamente con Nathan.

- ¿Quieres algo para beber, Ruby?- preguntó Samantha abriendo la nevera.

- Agua estará bien- su mejor amiga asintió y sacó una botella de agua bien fría para servir un par de vasos.

- Yo también quiero- dijo Noelia desde el sofá nada más vio la botella medio vacía encima de la encimera.

- Levántate y sírvete tu misma- Noelia hizo otra vez cara de fastidio y se dejó caer en el respaldo del sofá antes de continuar hablando con Nathan- Tiene un morro que se lo pisa- dijo Samantha al ver que su hermana no se levantaba y continuaba hablando con su marido- Entonces ¿Mi hermana ha pasado por ti antes de venir? Va de valiente y no puede presentarse sola.

- No, no. He dormido en su casa.

- ¿En serio?- Samantha miró a su hermana para luego volver sus ojos a Ruby. Aún no se termina de hacer a la idea de que ambas estaban juntas- Supongo que no habréis estado jugando a las cartas, y créeme, te preguntaría los detalles si no fuese porque tu novia es mi hermana.

Ruby rio un poco y miró de reojo a Noelia, que finalmente se había levantado a llenarse un vaso de agua. Los ojos de Sammy también fueron a la representante de Cartier, que al sentir ambas miradas encima suya las miró confusa.

- ¿Pasa algo?

- ¿No habías venido a algo, Noe?- le dijo su hermana levantando ambas cejas.

- Pero estoy hablando ahora con Nathan...

- Estoy segura que a él no le importa si continúas más tarde la conversación ¿Verdad, amor?- los ojos de Samantha fueron a su esposo, que miraba con cierta lástima a Noelia.

- Si, si, hablamos luego, tranquila- Noelia abrió la boca y fue a protestar, pero los ojos clavados de Ruby hicieron que se callara, cogiera el vaso ya lleno de agua y y se acercara a ellas.

Se sentó al lado de Ruby, evitando mirar en todo momento a su hermana. Tampoco tenía mucho que decirle, ni había hecho nada malo para que la mirara de aquella forma.

- Ruby ¿Nos puedes dejar solas un segundo?- la pelinegra asintió y obediente se levantó para irse al salón con Nathan, sin dejar que Noelia suplicara por su compañía- Noe, primero de todo ¿Por qué no has contestado mis llamadas en toda la semana?- bueno, tal vez ignorarla había estado mal.

- No quería un interrogatorio por teléfono- respondió de forma evasiva. Movía su pierna arriba y abajo debajo de la mesa de forma inquieta.

- ¡Solo quería hablar contigo y decirte que me alegro de que estuvieras con Ruby! Pero empezaste a ignorarme, claro que me enfado Noelia.

La mayor miró a uno de los lados, evitando los ojos de su hermana, encontrándose con Ruby que estaba en el sofá, hablando con Nathan y aparentemente ajena a la conversación que estaba teniendo en la cocina.

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