3 de octubre, Casa de Noelia
- Noelia ¿Por qué demonios no me has despertado?- la nombrada miró hacia el piso de arriba desde el sofá. Ruby se encontraba apoyada en la barandilla con una de sus camisetas que habría tenido que tomar en aquel momento, porque hasta hacía media hora la pequeña dormía plácidamente desnuda en su cama.
- Todavía son las nueve- dijo con calma, dejando su vaso de leche en la mesa de centro y arrodillandose en el sofá para poder verla.
- Pues eso, que ya son las nueve y todavía tenemos que arreglarnos, desayunar y mil cosas más. Y yo quería salir a esta hora a para poder llegar temprano y...- Ruby hablaba mientras bajaba las escaleras, sonando bastante alterada por aquel retraso. Noelia trataba de mantener su atención en sus palabras pero no pudo, se dedicó a observar lo hermosa que se veía la pelinegra aquella mañana. Nunca admitiría que le encantaba ver a Ruby con su ropa.
- Está bien, no te preocupes. Nos arreglamos rápido para salir en nada, si?- Ruby asintió, cruzandose de brazos y acercandose al sofá donde Noelia aún se encontraba de rodillas- ¿Me das un beso de buenos días?
- No, anoche dijiste lo mismo para dormir, no vuelvo a caer. Quiero llegar pronto al parque de atracciones, así que vamonos- Noelia al escuchar su negativa se dejó caer sobre el sofá, cruzandose de brazos- Noe...
- No tengo energías para moverme...
- Venga ya, mueve el culo y preparate- Noelia negó, aún tumbada en el sofá. Podía ser demasiado cabezota, pensó Ruby acercandose a ella para dejarle un beso en la frente- Con eso tienes bastante hasta que salgamos de casa, vamos.
La mayor se levantó rápidamente del sofa, tomó el vaso medio vacío de la mesa y se lo terminó camino a la cocina. Ruby sonrió viéndola antes de poner ella también rumbo a la cocina para desayunar algo rápido.
- ¿Con que coche vamos?
- ¿Podemos ir con el tuyo? Me gustaría montar otra vez en el.
- Creía que eras de coches sencillos.
- Y lo soy.
- Está bien, iremos en mi coche. Ahora vamos a cambiarnos- y dejó el vaso vacío en la encimera. Ambas mujeres subieron las escaleras y entraron al vestidor que Noelia tenía en la habitación. Allí ya había un poco de ropa de Ruby, camisetas y pantalones que se iba dejando de las noches que se quedaba a dormir.
- Noe, no tengo nada cómodo para ir al parque- se quejó Ruby. Si tenía ropa, pero no había contado que la mayoría de noches que pasaba en casa de Noelia era después del trabajo, así que en su mayoría eran prendas no muy recomendables para ir a un parque de atracciones- ¿Puedo cogerte algo?
- Lo que necesites- respondió mirando un par de camisetas idénticas, solo cambiaba que una tenía unos detalles en las mangas de color negro y la otra de color marrón.
- Podríamos ir iguales- dijo Ruby, viendo aquellas dos camisetas. Noelia levantó las cejas y la miró antes de negar- Oh, venga. El otro día vi una serie donde la pareja iba con la misma ropa y se veían súper tiernos ¿Por qué no podemos nosotras?
- ¿Quieres que me muera de la vergüenza?
- Mala hierba nunca muere, así que no te preocupes por morir- Noelia rodó los ojos antes de girarse para encarar completamente a Ruby- ¿Algo mas que decir?
- Espero que almenos no parezcamos payasos- Ruby sonrió suavemente y se acercó para dejarle un pico rápido. Luego se giró hacia la ropa y empezó a sacar prendas con velocidad. En menos de un minuto la pelinegra tenía en sus manos dos pantalones vaqueros negros, un poco difernetes entre ellos, y las camisetas que Noelia había mirando con anterioridad.
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En la cima
RomanceEran las personas más diferentes que podían existir. Una no creía en el amor y la otra vivía por él. Noelia hacía lo que quería, y Ruby solo lo que le decían. Una mujer con un profundo corte que no sana, y otra mujer con mil heridas que no sabe que...