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25 de enero

Despacho de Ruby

Ruby cerró su despacho con llave mientras acomodaba la bufanda sobre su cuello. Ya era casi febrero y sus padres hacía ya unas semanas que se marcharon de la ciudad, ahora aunque tenía su casa libre, prefería seguir durmiendo en la de Noelia.

Prácticamente se había mudado desde Navidad, toda su ropa de invierno ocupaba un armario de la mayor, el suavizante que usaban ya era el suyo, y en el despacho de Noelia habían puesto otro escritorio para ella para las noches que tenía que quedarse de velada trabajando.

Subió por las escaleras al piso de arriba para irse con Noelia a casa. Ya había vendido el coche, por un precio más que decente, así que ahora volvía e iba con Noelia del trabajo. La verdad estaba pensando en comprarse otro, más pequeño y que no llamara tanto la atención, claramente no un deportivo, ni mucho menos rojo o amarillo, tal vez gris, y con espacio. Aunque tambien pensaba en algo pequeño, sería más fácil encontrar un sitio donde aparcar.

Llamó un par de veces a la puerta y entró, su novia estaba en mitad del despacho, caminando de lado a otro con el teléfono pegado en la oreja. Le regaló una mirada rápida cuando entró, haciéndole un gesto con la mano para que esperase unos minutos, así que fue hasta el sofá y se acomodo en el sin dejar de mirar a la mayor.

Al parecer había algo que no iba bien, lo sabía por su tono de voz, un poco más grave de lo usual con aquel dejo en la voz que hacía cuando estaba enfadada o increíblemente molesta.

La vio tomar aire y asentir en silencio, mordiéndose el interior de la mejilla evitando decir cualquier cosa que se pudiese arrepentir luego mientras tomaba un bolígrafo entre sus manos para jugar con él.

Debía de ser algo importante.

- Entendido, gracias por avisarme... sí, voy a mirarlo ahora mismo- y tras decir aquello corto la llamada y suspiró mirando a Ruby con cansancio, dejando su teléfono en el escritorio.

- Parece que no ha sido una buena llamada- dijo, levantándose del sofá un poco preocupada.

- No mucho... -no dijo nada más y Ruby entendió que eran cosas del trabajo- Voy a quedarme aquí unas horas más ¿Quieres las llaves del coche y vas yendo a casa?

- Está bien, tomo un taxi- se acercó un poco a Noelia preocupada al ver que su expresión de molestia no se iba- ¿Es algo grave?

- No... si- Noelia estaba preocupada, y aunque su semblante fuese medio calmado estaba segura que si alguno de sus empleados cruzase la puerta ya no se vería tan tranquila- Hablamos en casa, si? Ahora tengo cosas urgentes que solucionar.

- Te hago la cena- se acercó a dejarle un beso pero la risa de Noelia lo impidió, asi que se alejó y la miró curiosa- ¿Qué pasa?

- Nada- le contestó tomándole de las manos que estaban sobre su mejilla- Solo que nuestra conversación ha sonado de pareja casada- le dio un pequeño abrazo, dejándole un beso rápido- Cualquier cosa para la cena estará bien, esposa.

Las mejillas de Ruby se incendiaron, tuvo que separarse un poco para que le diera el aire y el color bajase.

- Pasaré a comprar antes de ir a casa ¿Hace falta algo?- Noelia pensó por unos segundos, a ver si se le ocurría algo.

- Pasta de dientes y queso.

Ruby le dejó otro beso y con una sonrisita se marchó del despacho.

*****

25 de enero

Casa de Noelia

Tumbada en el sofá, mientras veía una serie en la televisión, vio a Noelia llegar a la casa. Le dio una pequeña sonrisa cansada y miró la hora, eran casi las 11 de la noche. Dejó su bolso sobre el sillón y entró a la cocina para salir segundos después con un vaso de agua.

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