33.

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1 de diciembre
Sala de reuniones.

Noelia observó con detenimiento a Ruby, que hablaba semblante serio en frente de los demás hombres. Le encantaba cuando la veía en las reuniones y actuaba tan formal, con un tono de voz seco pero a la vez amable. La encontraba bastante sexy, segura de sí misma y con la cabeza en alta cada vez que hablaba.

Una sonrisa amenazó por salir de su boca al tener aquellos pensamientos y tuvo taparla con su mano, evitando que los hombres presentes la vieran.

Cuando la representante de Louis Vuitton terminó de hablar se sentó a su lado nuevamente, era su asiento en las reuniones, una al lado de otra, y la miró esperando que le dijera algo. Noelia se limitó a mostrar su puño por encima de la mesa con disimulo, con el pulgar hacia arriba.

Minutos más tarde la reunión se dio por finalizada, y Noelia suspiró de felicidad al poder levantarse de aquella silla. Miró a su novia, que imitaba la acción mientras hablaba con el representante que había a su lado.

Una vez se despidió, se giró para ver a Noelia.

- Me ha comentado sobre la fiesta de Navidad ¿Por qué no me habías dicho nada?- fue lo primero que dijo. La mayor se encogió de hombros. Solo fue el primer año a aquella fiesta, con Hanna, el siguiente año decidió no ir, no quería aguantar a cientos de personas que en verdad no terminaba de soportar por una noche entera.

- Me había olvidado que la hacían- Ruby la miró con reproche y si no fuese porque en aquella habitación aún quedaba más gente a parte de ellas, la tomaría de las mejillas y la obligaría a decir la verdad.

- ¿No me digas que eres de esas personas que odia la navidad?

- La verdad es que...- su voz murió cuando alguien habló en un tono más alto al de ella desde la puerta, haciendo que todos los ojos fueran allí.

- Señorita Morgan, la reunión es en cinco minutos- Noelia se tensó cuando se encontró cara a cara con Hanna. Ayer había tenido la fortuna de no cruzarse en su camino, ni por la mañana ni cuando fue a recoger a Ruby para irse a casa juntas, pero su suerte no podía durar tanto.

Ruby abrió la boca atónita al verla allí, pues no había pedido que la avisase. Se quedó en silencio un segundo sin saber como reaccionar cuando vio que los ojos de su nueva empleada se dirigían a su novia, pero retomó la compostura.

- Está bien, avisa que tardaré cinco minutos- Hanna afirmó, despidiéndose al instante de los presentes y desaparecer.

- Ve a la reunión, hablamos luego- la primera que habló fue Noelia, tomando sus cosas de su asiento, y por lo tanto la pequeña no podía verle con claridad el rostro.

- No le había dicho que viniera- los dedos de Ruby se cerraron sobre los de la de ojos ámbar. Que se giró boquiabierta cuando sintió el contacto, aún quedaban un par de personas.

- No te preocupes, mejor encontrarla aquí que en el ascensor- bromeó dejando un leve apretón en sus dedos antes de soltarlos. Observó unos segundos a su novia, que aún lucia culpable y suspiró, tomándola de la mano para acercarla unos centímetros sin dejar que la distancia se terminara de convertir en íntima. Después le habló en voz baja a su oído, para que solo le pudiese escuchar ella. Cuando la soltó, la representante de Louis Vuiton se separó con las mejillas ligeramente rojas.

- Noe... no me digas esas cosas en el trabajo que ahora no me voy a poder concentrar- se quejó, olvidando la conversación que estaban teniendo antes. Ahora solo podía imaginar a Noelia en su escritorio con no mucha ropa.

- Ah, no es mi culpa. Nos vemos a la hora de comer- y con eso le guiñó un ojos mientras empezaba a marcharse. Ruby sonrió un poco, cogiendo su bolso del sitio para ir a la reunión.

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