Cap 23

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Un ardiente dolor de estómago me hizo despertar de golpe y gemir fuertemente, Cedric se estiró algo dormido por el ruido, pero se le pasó todo rastro de haber dormido en cuando vio mi expresión de dolor, se acercó a mí rostro, mis ojos estaban cerrados con fuerza por culpa de ese cojonero dolor de los putos cojones, me cogió suavemente el rostro entre sus manos y me miró con preocupación.

-Vic, cielo, ¿qué te pasa?- preguntó con una suavidad, supongo que paró no asustarme, pero note el temblor en su voz.

-Me duele.....me duele mucho Cedric, ayúdame- susurré entre jadeos de puro dolor.

Me recostó en la cama, y apartó mis manos con suavidad, subió mi camisa lo suficiente pasa ver que esta estaba roja y pequeños puntitos de sangre empezaban a sangrar, alrededor todo se empezaba a colorear de un morado preocupante.

-Voldemort precisamente no está jugando con florecitas- masculló entre dientes.

-No me hace gracia Diggory- en ese momento una sacudida de ardiente fuego me hizo literalmente rebotar en la cama, y gritar de dolor.

-Mierda, aguanta Vicky, iremos a San Mungo- poco a poco, notaba que el dolor se aliviaba y no escocia ni picaba tanto como minutos antes, cogí su mano, y respire hondo aliviada ante la oleada de tranquilidad que se me repartió por el cuerpo.

-No, ya no duele tanto, todos han llegado y ya está, ya pasó- suspiré y apreté con fuerza la mano de mi marido, ¿estaba asustada? Si, acojonada, pero la presencia de mi Ced me tranquilizaba de forma superior a lo pensable.

Me abrazó con fuerza, y fue al baño a buscar productos para desinfectar la cicatriz de nuevo abierta, mientras estaba desinfectandola, lo oí mascullar.

-Me reservo personalmente el derecho de matar a ese cobarde, hijo de puta, que te hace sufrir de esta manera- dijo con la mandíbula apretada en un intento de controlar su rabia.

Cuando terminó se acostó a mi lado y me abrazó con mucha suavidad, como cuando me rompi las costillas en el Torneo de los Tres Magos.

-Pobrecita, mi pequeña Leona sufre tanto, no tienes ni un día de paz, por mi culpa y por la del idiota sin nariz- dijo con un tono triste.

-Por tu culpa no idiota, yo te amo, y tú no tienes la culpa de nada

-¿De verdad que no quieres ir a San Mungo- preguntó aún preocupado.

-No, ahora me encuentro bien- dije y metí mis manos debajo de su camisa, haciendo que el chico se estremeciera- y ahora mismo aún mejor- dije sonriendo picaramente.

Cedric me miró riendo divertido y beso cortamente mis labios.

-Yo también te amo- dijo sonriendo.

Me levanté de buen humor, quien lo diría después de ese agradable episodio de ayer.

Siente mi hermoso trasero en el sofá, y sonrei mirando la televisión, admiré mi anillo dorado simple de boda, sonreí instantáneamente sin necesidad de otra cosa, mi lindo tejón, alto, musculoso, de piel Morena y manos grandes, tan guapo y apuesto, sus ojos grises como una montaña escarpada, como ceniza después de un incendio, como el color de mis tormentas favoritas, su cabello color miel, es tan hermoso, sedoso y suave, su nariz perfecta y con unas casi imperceptibles pecas, las cuales para percibirla tienes la necesitas de acercarte muchísimo, sus labios rosados y carnoso, suaves y esponjosos, deseables, y toda esta perfección junta era mía, porque aún que siguiera sin creerlo:
Cedric Diggory es mi marido y lo amo, sin darme cuenta las lágrimas se resbalaban por mis mejillas, húmedas ya, no eram de tristeza, y mucho menos de rabia, eran simplemente de plena felicidad, pero bueno el tío no se dio cuenta, se dio cuenta de mi rostro húmedo y se acercó corriendo hacia mi.

-¿Que pasa Vic? ¿Estas bien? Vicky, contéstame- pregunto preocupado, agite suavemente mi cabeza y aparte mi larga melena pelirroja.

-Estoy bien Ced, me encuentro perfectamente- y sorbi mi nariz divertida ante la situación.

-¿Porque lloras? ¿Te duele algo?- volvio a bombardear me con preguntas.

-Lloro por que estaba pensando en como pude conseguir al chico perfecto como mi marido- dije y sonrio tiernamente y acto seguido junto mis labios con los suyos, en un dulce beso cargo de muchas cosas, pero la que más abundaba era el amor.

-Entonces yo debería llorar- susurró en mi oído.

Primero no me maten, lo tenia desde hace tiempo, pero me quedaba añadir muchas cosas e información.

Hay una lectora que me ha hecho demasiado (y cuando digo demasiado es súper mega hiper) feliz hablándome por privado sobre mi historia, esa lectora es...AGS9876

Muchas gracia por todo, es demasiado bonito para ser real, que alguien le guste mi historia y me hable, para felicitarme.

Besos y abrazos desde España 🇪🇸❤

Los Trillizos Weasley [Cedric Diggory]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora