Cap 26

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Después de una semana, cuando la regla ya había hecho su desaparición, menos mal, en el fondo la quiero mucho, pero bueno, aparece Cedric y se sienta a mi lado, me abraza y luego apoya su cabeza en mi hombro mirando la televisión, como yo la estaba mirando, de repente el muy idiota la apaga y cuando abro la boca para quejarme va y me suelta.

-¿Y si jugamos al ajedrez?- dijo por la cara.

-¿Como?- dije yo sin pillar el doble sentido que el chico le quería dar.

-Tu eres la reina y yo te pongo en la mejor posicion- dijo sensual, y mordió lentamente mi lóbulo, oh dios mío, dime por favor que no ha dicho eso, enrojeci hasta la maldita raíz del pelo.

-Oh Dios, no me creo que acabes de decir eso Cedric- dije aún sorprendida.

-Oh Dios, si te lo deberías creer, por qué, joder cada vez que te veo me encantas mas- susurró contra mi cuello.

Di la vuelta a mi cuello, y lo besé, lo besé con dulzura pero la fiereza que el chico empleó hizo que me dejara llevar.

Es un chico malvado, pero que he de hacer, le sigo el beso y literalmente voy a hacer lo que mi cuerpo quiera, me subí encima de sus piernas, y me dejé llevar, primero me quitó la camisa, dejándome expuesta pero era mi marido, todo eso era suyo, Cedric era mío, éramos dos personas diferentes, pero una única Alma.

Sonrei entre sus besos y me di cuenta de que le picaban las mejillas, me separé y le acaricié sus mejillas incrédulas.

-¿Que pasa?- preguntó, me levanté y tiré de sus manos para levantarle, le llevé hasta el baño y una sonrisa malévola se dibujaba en su rostro, no sabía lo que íbamos a hacer.

-Jugaremos al ajedrez luego Diggory- dije sonriendo, lo sente en la taza del váter porque si no no llegaba bien a su cara, cogí la crema de afeitar y me la puse en las manos se la esparci por las mejillas a Cedric, cogí la cuchilla de afeitar pero al darme la vuelta me encontré con un papá Noel acorralandome contra el lavabo, empecé a pasar la cuchilla despacio y cuidadosamente por la suave piel de Cedric, el chico acercó su rostro al mío y me dió un beso corto y manchó mi nariz de blanco, me reí y seguí afeitando su rostro, le pasé una toalla y sonreí besando su mejilla.

-¿Sabes? En Hogwarts me gustaba mirarte cuando estabas distraída- sonrio y su cabello castaño se alborotó, sonreí a su vez.

-A mí me gustaba sentir tu mirada fingir y que no me daba cuenta- sonreí y besé sus labios, me subí a su cadera y sonreí al ver que el chico enredaba sus dedos en mi fogoso cabello.

Una punzada de dolor recorrió mi vientre de lado a lado, me encogi repentinamente y Cedric que ya conocía la causa de ese dolor, me sentó en el lavabo y levantó mi camisa, la herida se abría, mierda, cuando tuviera a ese clavo desnarizado delante mía iba a conocer el verdadero dolor, gruñi con fuerza ante una nueva punzada.

-Nos vamos al hospital- masculló el chico de ojos grises, yo negué.

-Quitame la camisa Ced- susurré, me miró incrédulo.

-Dioses, no estamos para tirarnos a la cama ahora mismo, ¿no crees pequeña leona?- dijo con la mandíbula apretada y apunto de alzarme en brazos.

-¿¡Que!? ¿¡No!?- dije en medio de una sacudida violenta, la cicatriz se había abierto del todo y empezaba a sangrar- idiota, maldito tejón, ¡que me la quites! ¡es nueva no quiero que se manche de sangre!- dije entre gemidos de dolor.

-Puf- dijo y soltó una risa mientras se deshacía de la prenda de ropa.

Me alzó en brazos y justo antes de sentir la extraña sensación de desaparecerse, me desmayé, tal cual, mi cabeza quedó colgando y oí a Cedric, lo último que oí en ese momento, fue "me cago en lo putos muertos de ese tipo".

Los Trillizos Weasley [Cedric Diggory]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora