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Tras exhalar un suspiro y percatarse de los estremecimientos agitados de sus manos, sujeta la taza de café con dificultad y la acerca a sus labios temblorosos, bebiendo una pequeña cantidad de café para luego volver a colocar el objeto sobre la mesa, concentrada en mirar fijamente el piso en lugar de prestar atención a donde posiciona la taza.  

La sala en completa quietud, Winifred observando las fotografías de su angelito con un inmenso dolor oprimiendo su pecho, Michael calmando a su esposa y al mismo tiempo pensando en lo cobarde que fue su hijo al desaparecer con una niña en brazos, Dominique intentando recordar a algo o a alguien que pueda haberlos ayudado a escapar y teniendo en cuenta que tanto Roger como Freddie no conocían a nadie en aquella ciudad, Clare escuchando el silencio incomodo desde su cuarto, escondida y pendiente a cada palabra que puedan pronunciar, con un teléfono en mano lista para llamar a su hermano de ser necesario. 

Repasa mentalmente todo lo que se habían dicho cuando discutieron, cuando ella irrumpió en el departamento exigiendo llevarse a Lola. Recuerda haber desviado la mirada y observar diversos ramos de flores de dudosa pertenencia. ¿Eran para Freddie? ¿Eran para Roger? ¿Alguno de ellos pensaba dárselos a otra persona? Lola había mencionado tener un psicólogo, probablemente no tenga nada que ver con el asunto, pero tal vez sabe algo, y si es una persona racional entenderá la situación y la ayudará a encontrarlos. 

—Lola dijo que tenía un psicólogo...  —dice con debilidad, ganándose la atención del matrimonio y también alertando a Clare—. Puede que él pueda ayudarnos. 

—¿Sabes su nombre? —pregunta Winifred, ilusionada con la idea.

—No lo recuerdo, pero tenemos que encontrarlo de alguna forma. —afirma con seguridad, atemorizando a Clare al instante, quien marca el número de su hermano sin pensarlo, sin escuchar como sigue aquella conversación.

—¿Hola? —susurra simplemente, sin revelar su nombre en caso de que conteste otra persona que no sea Roger. 

—¿Clare? —oye la voz de Roger y se relaja un poco—. ¿Estás bien?

—Dominique quiere buscar a Brian. —anuncia de repente, con voz temblorosa y esforzándose por no ser escuchada desde la otra habitación.

—¿Qué? —pregunta, exaltado—. ¿A Brian? 

—Sí, le dijo a mamá que sabía que Lola tenía un psicólogo, y cree que él puede ayudarla —hace una pausa prolongada en la que ninguno de los habla, están tan asustados que no pueden formular palabra—. ¿Qué se supone que haremos? ¿Qué pasará si habla con Brian?

—No tengo idea Clare, yo... Haré lo que pueda para largarme de aquí —confiesa entre sollozos, denotando una voz frágil—. Lo he estado pensando mucho, y creo que lo mejor es desaparecer y dejar de ser un estorbo para la gente. Tengo que irme, tengo que hacerlo lo más pronto posible.  

Por otro lado, Michael y Winifred se muestran ansiosos con la idea de contactar al especialista. 

—Pero no podrás hacerlo sola —interviene Michael—. Nosotros te ayudaremos a buscarlo.  

—Llamaré a mis padres —avisa, poniéndose de pie—. Ellos podrán ayudarnos también. 

Se dirige al teléfono con algo de prisa, y cuando toma el teléfono escucha algo que no debería, algo que la deja helada.  

 —Roger, no puedes dejarnos, escucha lo que estás diciendo —la voz de Clare, perfectamente perceptible, llorando desconsoladamente—. ¿A dónde irás? ¡Es una locura!

—No lo sé todavía, pero es preciso que me vaya, es mejor así. Necesito proteger a Lola y protegerme a mí, no estamos seguros aquí... La policía podría arrestarme. 

midnight dance; brian may & roger taylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora