May es el primero en despertarse. Dirige la mirada al reloj de la pared y se sorprende al ver que faltan tan solo dos horas para el mediodía. Normalmente es algo que le preocuparía, pero estando en vacaciones ya no tiene ningún tipo de relevancia, puede pasar la noche entera despierto o quedarse en la cama todo el día, no hay responsabilidades. Se habían desvelado tomando vino mientras veían películas y se daban amor mutuamente. Se divirtieron hasta el amanecer sin importar el cansancio o el sueño, únicamente disfrutaron de la pasión y las caricias perfectas.
Voltea hacia Roger. Su cabello es un desastre, su mejilla izquierda hace presión contra la almohada y sus brazos se aferran a la misma. Una sabana blanca le cubre las piernas, se distinguen las delicadas líneas de los músculos de su espalda y también los hoyuelos de su lumbar. El sol que ingresa por la ventana le da el último toque, es una obra de arte digna de ser retratada. Abre el cajón de la pequeña mesa que tiene a su costado, saca su cámara y toma una fotografía que salió magnifica. Solo espera que a Roger no le moleste.
Lentamente abre los ojos, probablemente por que los rayos del sol se hacen molestos a esta hora del día. Pero la imagen no hizo más que enamorar aún más a Brian: Debido a la iluminación apuntándole directamente al rostro, los iris de Roger se volvieron más claros que antes, más brillantes, casi transparentes. Una autentica belleza.
—Buenos días. —saluda el rizado. Taylor sonríe.
—Da un poco de miedo que veas a la gente mientras duerme. —dice, con la voz ronca. Estira sus brazos y vuelve a la posición anterior.
—No pude evitar admirarte, eres hermoso —se inclina un poco y lo besa, el contrario corresponde—. Prepararé el desayuno.
—¿Necesitas ayuda? —se ofrece a la vez que se incorpora sentándose en la cama.
—No es necesario, puedes dormir un poco más si quieres. —sale de la cama y se viste con aquel pantalón que dejó tirado anoche, y sin tener una camisa puesta, va a la cocina.
—Ojalá pudiera —dice para si mismo, cuando el mayor ya no está en la habitación. Bosteza y busca su ropa, la cual está en los pies de la cama. Opta por unos pantalones a cuadros, sueltos y cómodos por el hecho no tener ropa interior.
Peina su cabello y antes de dar un paso hacia el baño, el teléfono empieza a sonar. Lo mira con desconfianza y terror, una sensación de vértigo empieza a perturbarlo nuevamente. Toma el teléfono con las manos temblando, esperando cualquier tipo de noticia trágica, tiene ese presentimiento, algo está terriblemente mal.
—¿Eres tú, rubia? —escucha la voz de Freddie y suspira, aliviado pero también molesto por hablar con él después de aquella discusión.
—Que raro que quieras hablarme, parece que no eres tan orgulloso como antes... Que milagro. —dice con ironía, volviendo a sentarse recargándose en el respaldo de la cama.
—No te ilusiones, no voy a disculparme —avisa, siendo interrumpido por su propia tos—. No me arrepiento de nada.
—Sigues enfermo. —Observa.
—Estoy perfectamente bien. —tose de nuevo, con más fuerza que antes. Roger empieza a dejar su egocentrismo de lado y se preocupa.
—Ve al hospital, Fred. Deja de posponerlo.
—He dicho que no es nada, Roger. —insiste, y luego abandona el tema de inmediato—. Cómo sea, ¿Qué tal las vacaciones?
—Estamos... Estamos bien, es un lindo lugar. —contesta, inseguro por cambiar de tema.
—¿Es todo lo que dirás?
—Es todo lo que necesitas saber —declara.— Pensé que no querías saberlo.
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midnight dance; brian may & roger taylor
FanficRoger se transforma en la bailarina más candente de la ciudad, la más talentosa, la más deseada. Desde pequeño le atrajeron las bailarinas, sus vestidos, maquillaje y pelo largo. No las deseaba a ellas, deseaba ser como ellas. Brian tiene una vida o...