midnight dance; brian may & roger taylor

20

Luego de un par de minutos tendido en el piso, inconsciente, Freddie se lleva las manos a la cabeza debido al dolor punzante que siente en la zona, poco a poco toma conciencia de su cuerpo. Dominique suspira con alivio al verlo reaccionar. 

Esperaba que todo haya sido una pesadilla, pero los sucesos son reales, desgraciadamente sus ojos no le están mintiendo. Es lo primero que ve al despertar, primero la imagen se torna borrosa y luego consigue identificar la cara de Dominique. De repente siente que le falta el aire y que su ropa lo sofoca, da la impresión de que tendrá otro desmayo. 

—Gracias  a Dios estás bien —dice, llevando una mano a su pecho. El contrario observa que todavía conserva su anillo de bodas, por otro lado Roger ya se deshizo de el hace mucho tiempo—. Lamento no haber avisado que vendría, ustedes se mudaron y no podía contactarme... 

Está furioso, quiere gritarle los insultos más aberrantes que conoce. Está molesto porque ella se aparece como si nada después de años en completa ausencia, llega con total normalidad luego de destrozar los corazones de Roger y Lola en mil pedazos. No obstante sigue callado, viéndola indignado y confundido, sin saber que hacer para sacarla. 

—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué... —interroga en cuanto logra restablecerse. Sin embargo no alcanza a terminar la ultima pregunta y las palabras quedan flotando en el aire.

—Ya podemos continuar con nuestra vida juntos, tengo el dinero necesario para empezar de nuevo —extiende su mano para ayudar a su amigo a levantarse, Mercury corresponde. Dominique continúa, sus ojos brillan con ilusión y sonríe con esperanza—. Seremos una familia, nosotros cuatro. No nos sobrará nada pero tampoco nos faltará, y seremos felices así. 

Duda en creerle o no. Se ve entusiasmada, pero también desconfía de sus pretensiones, ¿Cómo confiar en una persona que prácticamente escapó de su hogar y dejó a su familia a la deriva? No encuentra motivos razonables para perdonarla, y espera que Roger tampoco lo haga. Eso es otro problema, Roger llegará en cualquier momento y Dominique lo verá vestido de mujer, o peor aún, en la compañía de Brian como cada noche. Entonces será imposible defenderlo, no habrá ningún tipo de explicación ante eso. 

 Todo depende de él, está en sus manos salvar a su amigo y espantar a Dominique. La presión recae sobre sus hombros, tiene que hacer algo para sacarla o al menos mantenerla lejos. Y tiene que hacerlo ahora, porque Roger y Brian podrían aparecer en cualquier momento. 

—Les compré unos hermosos regalos como disculpa. A ti, a Roggie, a Lola... —al pronunciar el nombre su hija su semblante cambia abruptamente—. Déjame verla, por favor. 

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Suspira agotado, preocupado por Brian y por saber que habrá pasado con la charla con Jimmy. Si bien logró distraerlo un poco de sus tristezas, teme que la solución que haya planteado no sirviera de nada y en su lugar arruinara aún más las cosas. No tiene idea de como sobrellevar ese tipo de problemas, es inexperto en ese ámbito, y Brian es el idiota que le hace caso, como si fuera la idea más brillante de todas, como si no lo hubiese pensado antes. Es decir, es lo que hace un psicólogo, por supuesto que sabe que lo más razonable es hablar con Jimmy.

—Eres un imbécil.  —se maldice a si mismo en un susurro y abre la puerta de casa, deseando desesperadamente quitarse aquellos tacones que lo están matando. 

Pone un pie en el lugar y enseguida es arrastrado hacia el baño. Roger queda perplejo, sin comprender el motivo de una sacudida tan violenta, sin darse tiempo a procesar que había ocurrido exactamente.