XII

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La noche fue cayendo con el correr de las horas, el espacio dentro de aquellas cuatro paredes era como una burbuja que lo protegía del exterior, nadie más sabía de su secreto, se encontraban a salvo bajo las sábanas junto al poco calor que producí...

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La noche fue cayendo con el correr de las horas, el espacio dentro de aquellas cuatro paredes era como una burbuja que lo protegía del exterior, nadie más sabía de su secreto, se encontraban a salvo bajo las sábanas junto al poco calor que producía el cuerpo a su lado. Se había perdido en la profundidad de sus pensamientos luego de sentir una paz absoluta. Eunyeong se encontraba a su lado descansando, sus brazos la rodeaban y él junto con su lobo se encargaron de liberar feromonas para crear una atmósfera pacífica para cuidar su sueño, justo como ella lo hizo durante meses cuando recién llegó a esa casa.

"Me alegro de conocerte por fin Siu"

Esas habían sido las palabras de Eunyeong mientras dejaba caricias en su cabello y murmuraba palabras cariñosas para él. La anciana tenía un efecto adormecedor cuando se trataba de hacerlo sentir mejor, siempre fue así; se había tardado cuatro años en decir su verdadero nombre, cuando lo cambió pidió que no se divulgara nada al respecto, petición que se cumplió siempre. Su única condición fue que él mismo sería quien lo revelaría en el momento que se sintiera seguro, pero se sintió tan cómodo con su nueva identidad que jamás vio necesario mencionar algo de su pasado. Si no hablaba no habría preguntas y las heridas seguirían ocultas frente a todos.

¿Qué había cambiado entonces?, la respuesta era simple, tenía una familia la cual estaba por desaparecer y una nueva persona especial que le hacía sentir demasiadas emociones. Así que, si quería empezar de nuevo, debía revelar su pasado, al menos hasta donde se sintiera cómodo y eso comenzaba con su identidad, no dejaría que la omega mayor dejara este mundo sin conocerlo. Pues desde ese cinco de diciembre donde escapó de su pesadilla, dejó de llamarse así para buscar una nueva oportunidad. Cuando su lobo se encargó de romper los grilletes que lo ataban a una relación horrible.

Estaba pasando por su segundo embarazo cuando su alfa enloqueció diciendo que él lo había engañado, el solo recordarlo le hacía revolver el estómago, su lobo siempre mostraba los colmillos de solo pensar que ese alfa tuvo la culpa de su pérdida, así como fue el culpable de todo su sufrimiento durante años.

Pasaron horas para que Taehyung reaccionara luego de nadar en las frías aguas de ese lago; cuando llegó a la orilla se encontraba exhausto y su lobo fue quien sufrió todo el proceso del aborto de su cachorro, claro que sabía que una mutación dañaba a los bebés, pero la pérdida era inminente en ese momento, había perdido tanta sangre que fue un milagro de la Diosa el que estuviese vivo luego de horas; eso y que una pareja de betas lo encontró, cuidó y ayudó en su recuperación.

Cuando recobró el sentido, habían pasado dos días, se encontraba en una de las sedes de Be Live, donde pasó los días más sombríos llorando la pérdida de su cachorro, pero su lobo no lo dejó ni un segundo, al contrario, desde ese momento estuvo presente en sus ojos. Estaba muy agradecido porque le dieron el apoyo necesario para salir del país, dándole una nueva identidad.

La organización incluso tenía apoyo de entidades como la policía, fue así como dieron con el archivo de su caso. Leer la declaración de ese alfa que se hacía llamar su esposo le dio rabia, comentaba no saber nada al respeto de su desaparición o su estado de gestación. Al no encontrar un cuerpo se le clasificó como persona desaparecida. Con esa información y a petición de él, decidió cambiarse el nombre entrando a un programa de protección a omegas, Baek Siu había muerto junto a aquel cachorro en el bosque lluvioso rodeado de Arces en Canadá y Kim Taehyung nacía para darle un nuevo inicio a su vida.

Sweet RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora