En una sociedad donde los lazos son tradiciones arcaicas,Kim Taehyung es un omega tierno y lleno de miedo hacia los alfas, eventos traumáticos, experiencias pasadas lo harán parecer vulnerable.
Jeon Jungkook un alfa puro que sale de los estereotipo...
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El alfa se encontraba en su oficina sumergido en una montaña de trabajo, lleno de papeles importantes que necesitaban su firma, los preparativos estaban más que listos para llevar a cabo la fiesta de invierno. Faltaban dos días para que toda la locura terminara y luego comenzaría otra nueva para la temporada de primavera. La compañía estaba hecha un caos gracias a que cierto omega estaba sufriendo cambios humor drásticos con la nueva noticia de su embarazo, la cual aún no se conocía entre los empleados, elevando así el estrés en Seokjin y como siempre el único que podría controlarlo era su alfa, aunque en ocasiones no comprendía muy bien por qué el omega terminaba en su oficina.
Los días podían pasar de la paz total a un caos iniciado por una simple acción. Casi lo despide tres veces en lo que llevaban de la semana, y unas diez veces más al resto de personal, era difícil tratar con Seokjin en su estado natural, ahora estaba un poco más irritable de lo usual y la razón era el mismo alfa que lograba hacer que calmara su ira, Namjoon quería protegerlo todo el tiempo, mientras que el omega se molestaba por sentirse débil.
Jungkook podía sentir la tensión en sus hombros incrementando cada vez que escuchaba la puerta de su oficina siendo abierta por el omega buscando tranquilizarse, parecía que su olor lo relajaba hasta cierto punto. Apenas pasaban de las tres de la tarde y él ya quería salir corriendo del trabajo, la sonrisa que se le formó en el rostro fue casi inmediata por estar pensando en irse temprano a casa, algo que durante mucho tiempo no hizo, pero ahora tenía un lugar al cual quería llegar, alguien con quien poder estar y compartir el resto de la noche.
Mi omega. Hogar dulce hogar.
Diosa, extrañaba tanto a Taehyung y no hacía mucho tiempo que hablaron por videollamada, compartiendo el almuerzo, el cual en los últimos días el omega se encargaba de prepararle desde una noche antes. El omega era muy feliz haciendo ese pequeño detalle para él, en ocasiones discutían porque Jungkook solo quería llegar a casa y dormir a su lado, pero no podía negar que amaba esos momentos de intimidad, manteniendo una dinámica de pareja, teniéndolo solo para él. Su lobo aportaba demasiado a su comportamiento, el animal parecía inquieto desde aquella tarde en la que Taehyung pidió hablar con él; hasta cierto punto se sentía desplazado porque su omega no quiso mencionar nada de lo sucedido. Jungkook notaba el cambio, pero al mismo tiempo disfrutaba de ser consentido por su precioso omega.
Mío, solo mío. Mi luna.
El simple hecho de pensar en su omega le ayudaba a desvanecer por completo el estrés, incluso olvidar los problemas que estaban teniendo, si es que se le podía llamar a eso un problema.
Sus divagaciones se vieron interrumpidas al escuchar unos toques en su puerta, se enderezó en su lugar y antes de permitir que pasaran a su oficina dio un último vistazo a la pantalla de su celular, tenía una fotografía de Taehyung sonriendo ampliamente, esa sonrisa le daba años de vida y haría cualquier cosa para mantenerla así. Escuchó que llamaban de nuevo con mayor insistencia, resignándose por fin a murmurar un adelante; la puerta se abrió lentamente, dejando ver a su asistente. Su lobo se removió incómodo ante la presencia de la chica, queriendo imponerse frente a ella para alejarla, pero Jungkook lo supo controlar.