En una sociedad donde los lazos son tradiciones arcaicas,Kim Taehyung es un omega tierno y lleno de miedo hacia los alfas, eventos traumáticos, experiencias pasadas lo harán parecer vulnerable.
Jeon Jungkook un alfa puro que sale de los estereotipo...
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Despertar temprano para cumplir con una responsabilidad no era lo suyo. Quizá meses atrás era muy fácil para él estar de pie en las primeras horas del día, ya que su lobo era quien lo obligaba a salir de la cama, pero ahora se había vuelto demasiado perezoso. Lo único que quería era dormir más y su alfa consentidor solo hacía que todo se volviera más difícil en ese momento porque Jungkook lo envolvía en una burbuja de su esencia, el alfa lo abrazaba, dejando caricias en su cuerpo y tiernos besos en su cabello. Hacía mucho más sencillo el que pudiese dormir sabiendo que alguien velaba por su sueño y justo ahora no era lo más conveniente.
Lo estaba adormeciendo, no dudaba que en cualquier momento se quedaría dormido ahí mismo, estando de pie, mientras era arrullado por los susurros de su alfa; había estado demasiado cariñoso últimamente, pero ahora que debían separarse por dos días no lo dejaba ni un segundo. Durante la noche, al llegar al apartamento, el alfa hizo un pequeño nido improvisado con todas las almohadas, cojines y cobertores que encontró, con la excusa que así estarían más cómodos teniendo su cita de cine en su sala viendo la película que tanto les causó dificultad para elegir. Taehyung no entendía el cambio de actitud de su alfa, pero amaba que fuera así.
— Promete que llamaras cuando aterrice el avión – se susurró con su voz amortiguada, no dejando de darle besos y aferrar su agarre a su cuerpo, el omega frotó su nariz en el cuello de Jungkook mientras murmuraba una afirmación —, eso, tampoco olvides comer porque te levantaste temprano y dijiste que desayunarían ni bien estuvieran en el hotel.
— Lo haré Jungkookie.
— ¿En serio no tienes hambre? – era la cuarta vez que lo mencionaba estando ahí en el aeropuerto, estaban esperando a ser llamados para ingresar y, a decir verdad, a pesar de que eran las seis de la mañana y su cena solamente fueron frutas picadas. Se sentía muy bien, así que de nuevo negó – mi sol – lo tomó de las mejillas – prométeme que no volverás a tus viejas costumbres de no comer.
— No lo haré Jungkookie, pero de verdad no tengo nada de hambre.
— Deja de hostigarlo Jungkook-ah – se quejó Seokjin al escuchar esa misma conversación repitiéndose una y otra vez mientras él comía un sándwich – si tanto te preocupa porque vuelva a costumbres raras, no olvides que viajará conmigo. Así que tienes que estar tranquilo porque comerá sí o sí, muero de hambre todo el tiempo y para no sentirme tan mal lo haré comer también.
La pareja ni siquiera se molestó en disimular su desagrado al pensar al mismo tiempo en los gustos actuales del omega embarazado. Incluso compartieron un pequeño escalofrío de solo imaginar que podrían ser comidas como kimchi con fruta, un antojo que llevaba semanas teniendo, el cual siempre era complacido por su amado esposo, quien solamente negaba rendido, mientras que con pasos elegantes se posicionaba detrás de Seokjin abrazándolo de la cintura que iniciaba a perderse.
Tanto el alfa como el omega observaron ese gesto con un poco de anhelo, Taehyung llevó su mano hacia su vientre de manera inconsciente y junto a él se le unió la mano de Jungkook cubriéndolo de manera protectora, ambos regresaron a tener contacto visual, sonriéndose cálidamente. El alfa se acercó a besar su frente y luego sus labios de manera tierna.