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*Recomendacion musical:  Butterfly*

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El silencio de la habitación fue interrumpido por una leve vibración junto con un sonido bajo que era apenas audible. Sus ojos pesaron al abrirlos, la cálida luz del mediodía lo hizo saber que fue mucho más tiempo el que había dormido desde que cerró los ojos con la intención de apenas descansar. Se encontraba acurrucado en su costado frente a Seokjin, ni siquiera se dio cuenta el momento en el cual ocurrió, lo último que recordaba era que habló con Yoongi por teléfono. Yoongi. Su alfa, quien le dijo que estaría en poco tiempo junto a él. Sus sentidos se despertaron para revisar el aparato en su mano, obteniendo seis llamadas perdidas recientes junto a otras veinte anteriores.

— Mierda – murmuró apenas, refregando su ojo derecho con su mano. Jimin sabía que Yoongi no era muy paciente cuando se trataba de él no respondiendo una llamada, el alfa enloquecía planteando los peores escenarios.

Miró a su lado para asegurarse que el omega mayor seguía descansando, sintiéndose tranquilo al notar que su pequeño arrebato de movimientos bruscos no habían interrumpido el sueño del otro. Sin embargo, algo en su semblante no le pareció muy tranquilizador, pues su ceño estaba fruncido, abrazaba su vientre como si quisiera protegerlo de algo.

— ¿Seokjin hyung? – susurró preocupado por no entender muy bien lo que ocurría, con un temblor en su mano quitó los mechones que caían en el rostro del mayor, haciéndolo que despertara o al menos obteniendo una reacción – hyung, ¿te sientes mal?

— Nam... — murmuró con su voz ronca, un tanto baja por la falta de costumbre en el uso de esta. Tenía los ojos con destellos esmeraldas, algo no estaba bien – alfa.

— No, hyung. Soy Jimin, tu alfa no tardará en llegar – dejó algunas caricias en el cabello sedoso del mayor mientras lo veía abultar sus labios, sus ojos comenzaban a tintarse más de esmeralda, lo que significaba que el lobo de Seokjin era quien estaba presente, quizá por cómo se había sentido, probablemente buscando protección – saldré un momento para llamarlos, no deben tardar. ¿Estarás bien si salgo un momento?

No obtuvo respuesta más que un asentimiento, mientras que Seokjin volvía a acomodarse, volviéndose un ovillo, juntando sus piernas lo más que le dejaba su abultado vientre. El menor se incorporó con lentitud y decidió que debía llamar a Yoongi, pues le había prometido que no tardarían, la última llamada de la cual tenía el recuerdo de hablar con el alfa, había pasado más de cuatro horas.

El tono de llamada inició, mientras él llevaba la yema de su pulgar a su boca para morder un poco la carne con sus dientes en una muestra de canalizar su ansiedad. Desesperándose con cada pitido que hacía la llamada, lo ponía más nervioso el hecho de no obtener una respuesta rápida.

— Jiminie – era tonto que con una simple palabra se le acumularan las lágrimas, pero no era cualquier cosa, era su nombre en diminutivo, proviniendo de la voz de su alfa – al fin respondes, me tenías muy preocupado. Sabes cuántas veces te llamé para saber en dónde estabas.

Sweet RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora