XXI

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La parte favorita de muchas personas cuando son las fiestas de fin de año es poder tener un tiempo de descanso, las respectivas vacaciones de cambio de estación; al contrario de muchos, Seokjin odiaba tener que descansar más tiempo en su casa, se ...

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La parte favorita de muchas personas cuando son las fiestas de fin de año es poder tener un tiempo de descanso, las respectivas vacaciones de cambio de estación; al contrario de muchos, Seokjin odiaba tener que descansar más tiempo en su casa, se sentía atrapado a pesar de que su casa era bastante amplia y tenía todo el espacio necesario para hacer lo que quisiera aun así lo hacía sentirse atrapado, por eso mismo le gustaba pasar tiempo buscando nuevas ideas, ocupar su mente en algo diferente.

El motivo de su desesperación actual se debía a que él jamás había llevado el trabajo a su casa porque era su santuario de tranquilidad. Uno que ahora era invadido por incomodidad absoluta de un pequeño cachorro que exigía mucho y no le dejaba descansar, justo como en ese momento que debería estar arropado entre sus cómodas sábanas, pero el pequeño bebé Kim tenía otros planes.

El omega se encontraba arrodillado frente al inodoro recobrando su propia estabilidad luego de devolver lo poco que tenía en el interior de su estómago, desde hacía unos días su cuerpo no era capaz de retener mayor alimento, sin importar la hora del día los supuestos malestares matutinos sucedían en cualquier momento, incluso durante la madrugada, en especial cuando discutía con Namjoon y lo hacía dormir en otra habitación, le habían comentado que los bebés pueden llegar a separarte de tu pareja, en su caso era totalmente al revés.

—¿Moon? – se escuchó la voz del alfa a través de la puerta del baño, dando algunos golpes, esperando una respuesta, la cual no llegaba, preocupándose por el silencio tan agobiante – ¿estás bien?

— Nam... – el simple susurró de Seokjin le hizo volver a respirar tranquilo, enviando a través de su lazo emociones para confortarlo.

— ¿Sí?

— Odio esto – se quejó con enormes lágrimas en sus ojos, abultó sus labios sintiéndose muy mal, quería que su alfa lo abrazara, pero su orgullo no lo había dejado hablar antes, por eso mismo su lobo se había encargado de llamarlo mediante el lazo y junto a este se le unía un pequeño exigente que pedía la presencia del otro, para que sus padres estuvieran cerca –, ya no quiero estar embarazado.

La risa del alfa se escuchó mucho más sonora, pero al mismo tiempo trataba de tranquilizarlo por el lazo, Namjoon no podía enojarse con su esposo, podría parecer un omega duro o caprichoso, pero con él era un tierno y lindo cachorro que siempre buscaba su atención. No le gustaba ser ignorado, mucho menos ahora estando en cinta, era complicado porque había días donde no podía hacer nada para hacerlo feliz y otros donde no quería que se despegara de él.

— Moon, no digas eso, sabes que nuestro cachorro puede escucharte – un quejido se escuchó al otro lado de la puerta preocupando al alfa, pronto escuchó el agua correr, siendo esa su señal para ser paciente. Seokjin enjuagó su boca sin muchos ánimos, disgustado por el sabor que había quedado en su boca. El alfa no tuvo que preguntar de nuevo si se encontraba bien porque ante él se presentó la visión de su lindo esposo, con sus labios abultados, estirando los brazos para ser abrazado – oh mi amor, esto pasará rápido, lo prometo.

Sweet RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora