XV

28.9K 2.3K 1.4K
                                    

Los primeros rayos del sol de la mañana chocaron con el rostro de Jungkook, estaba acostumbrado a siempre despertar temprano, en esas horas donde el sol y la luna congeniaban para crear una oscuridad diferente, pero ahora se sentía desorientado al...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los primeros rayos del sol de la mañana chocaron con el rostro de Jungkook, estaba acostumbrado a siempre despertar temprano, en esas horas donde el sol y la luna congeniaban para crear una oscuridad diferente, pero ahora se sentía desorientado al ver tanta luz entrando por la ventana. Sus ojos se cerraron casi al instante, deslumbrados por el brillo incandescente.

Su mente comenzó a despertar entre flashes fugaces. Cada sección de su cuerpo hacía consciente las sensaciones de los primeros minutos luego de un largo sueño, su espalda baja dolió un poco sacándole una sonrisa, la esencia dulce combinada con la propia invadían cada espacio de la habitación y él amaba que sus pulmones solo se llenaran de ese aire.

Frutos rojos, tierra mojada, cítricos, bosque, rosas y arce. Todo en perfecta armonía.

Una risa silenciosa salió inmediatamente cuando a su mente regresaron las imágenes más gloriosas, no eran creadas por su imaginación como en otras ocasiones fueron reales tanto como el cuerpo a su lado, mordió sus labios sintiéndolos aún hinchados, se aferró a la fuente de calor que se encontraba entre sus brazos, no pudo evitar rozar su nariz contra la suave piel del cuello de cierto alguien que se acurrucaba más. Un leve quejido salió de su boca al no poder sentir una de sus extremidades, para luego sentir un hormigueo intenso.

Había dormido con un brazo alrededor de la cintura ajena, una posición muy común entre ellos, la diferencia de esa mañana era que sus piernas enredadas se encontraban desnudas como el resto de su cuerpo. El omega tenía entrelazada su mano con la de Jungkook, quien disfrutaba de la tranquilidad de su respiración. Comenzó a dejar besos en el hombro de Taehyung, ignorando las marcas viejas de dientes, las cuales desde que comenzaron a dormir juntos se había dedicado a borrar y al parecer funcionaba, Taehyung solamente se removió más entre sueños, suspirando e inhalando profundo ambas esencias.

Jungkook alzó un poco la cabeza, al menos lo suficiente para observar las facciones del rostro de Taehyung, esas que ya conocía de memoria; durante una semana, antes de hacer su rutina de ejercicios, se perdía durante veinte minutos en ese semblante pacífico que Taehyung siempre mantenía entre sueños, donde nadie podía lastimarlo, en algunas ocasiones lo encontró llorando en la madrugada quejándose en murmullos, pero bastaba con soltar un poco de sus feromonas para que se relajara nuevamente. Ahora comprendía mucho mejor la situación, su omega perteneció, en el pasado, a otra persona, una que le hizo demasiado daño, tanto como para salir huyendo y cambiar su nombre.

Se quedó admirando un poco más el rostro ajeno y su lobo lo impregnó de su olor, apareciendo en sus ojos. Era todo suyo, no dejaría que nadie más lo alejara de su lado nunca más. Por favor, que nadie lo aleje...

Aquí estás, te he buscado por tanto tiempo...

Si antes pensaba que su mayor deseo era tener esa visión como la última antes de dormir y la primera acompañando el amanecer, ahora mataría a cualquiera que intentase arrebatárselo. Taehyung era suyo, tan suyo como Jungkook era de Taehyung. Su lobo ronroneó gustoso por estar en sintonía con su parte humana al momento de no querer alejarse un minuto de su omega porque ahí estaba.

Sweet RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora