Jungkook myth

XV

-Lo siento, me retrasé en...

-Sí, sí, fuiste a ver al muchacho, eso ya lo sabemos.- YoonGi rodó los ojos.

-Claro, olvide con quien estoy hablando.

Las moiras, tres ancianas muy horrendas, de ropajes oscuros que tenían en sus manos las vidas y vivencias de cada ser en el mundo, mortal y no mortal. Cloto, Láquesis y Atropos, unas hermanas muy feas ante la opinión de YoonGi, pero podían ser incluso más temibles que NamJoon, y él era el Dios del Olimpo.

-¿Que servicios podemos ofrecerle al dios del inframundo?- Cloto habló.

-Ya lo saben, solo háganlo de una vez.- Tomó asiento en su trono frente a ellas, con actitud desinteresada aunque por dentro muriéndose por saber que le dirían.

-Eres sabio, pero te falta la cualidad más importante...

-Sí, sí. La paciencia, eso ya lo sé, hablen de una vez, cerbero no ha comido.

La primera hermana, Cloto, se sentó frente a su rueca y comenzó  hilar en ella, tirando de un hilo dorado con destellos; la segunda hermana, Láquesis, midió el tamaño del hilo y las tres hermanas lo observaron una vez estuvo listo.

-¿Que es lo que ven?- Pregunto YoonGi con los nervios al borde de la impaciencia.

-Es sorprendente, solo tienes dos opciones.- habló Atropos mirando lo que transcurría en el hilo de la vida de Jungkook.

-¿Que cosa? Hablen claro.

-Lo que buscas, lo conseguirás pero tendrás que sacrificar muchas cosas por él.

-¿Como qué? ¿Que cosas?