XXVI

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Llevaba días insistiéndole para que fuera con él al inframundo, pero Jungkook no podía irse así sin más y sin decirle a sus papás, ni siquiera sabían que ya tenía un novio, ah porque YoonGi se lo pidió oficialmente.

-¿Cuando terminaré de rogarte?- en realidad no le molestaba porque entendía a Jungkook, aunque si fuera él en su lugar, ni siquiera habría avisado a sus padres. Principalmente porque no tenía padres.

-Podría acostumbrarme a que lo hagas toda la vida.- Rió.- Pero en verdad, necesito decírselos YoonGi, no sería justo para ellos que me fuera así sin más.

-Está bien, tomate el tiempo para decírselos, no voy a presionarte.- Juntó sus frentes para sentir la calidez del menor y se quedaron así por un momento.

-¿Por que tienes prisa YoonGi?- había preguntado eso hace días, pero no recibió respuesta de YoonGi. Quería saber que era lo que apuraba tanto al Dios y sí tenía que ver con lo que aquella mujer le había dicho.

Porque pese a que trato de convencerse de que no significaban nada aquellas palabras, seguía pensando en su significado.

-Porque te amo a ti, y solo quiero estar contigo y mientras más tiempo dejemos pasar, menos será lo que podamos estarlo.- tomó el rostro de Jungkook entre sus frías manos.- eres cálido y haces que mi miserable existencia tenga una razón de ser.

-Pero yo no te voy a dejar.- puso sus manos sobre las de YoonGi, que todavía estaban en su cara, para demostrarle la seguridad que había en sus palabras.

-Pero tú no eres eterno, Jungkook.

Jungkook myth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora