27 ♥︎

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Paramos en una pizzería para comprar algo de comer, yo me quedé en el auto. Mi dedo latía del dolor y mis ojos estaban hinchados de tantas lágrimas.

- Solo había de queso -Scarlett me tendió la caja.

-Después que comamos está bien -dije sin apartar mis ojos de la ventana. 

De regreso a la casa no dijimos ni una palabra. Fue bastante incomodo, no paraba de pensar en todos los tropiezos que hemos pasado desde que comenzamos a salir. 

Las peleas, Larson, el bebé, el accidente, la pérdida de memoria de Scarlett... de tan solo pensarlo me daban ganas de llorar. 

Llegamos a casa y si hubiese podido me tiraba del auto para evitar lo inevitable. 

Al abrir la puerta Sparky corrió hacia mis piernas, lo tomé en los brazos para darle pequeños besos y caricias, traté de subir las escaleras lo más rápido que pude hasta que la escuché aclararse la voz a mis espaldas.

- ¿A dónde vas? -Su voz ronca y serena estremeció todo mi cuerpo.

- Mhmm..? -Traté de fingir que no la escuché.

- Sé que me escuchaste -se escuchaba molesta.

- Iré a bañarme -no pude escabullirme.

- Pensé que la que ponía excusas para no tener conversaciones era yo -escuché sus pasos alejarse. 

Touche.

Pasé mis manos por encima de mi cabeza tratando de tranquilizarme, no era posible que nuevamente tuviéramos otra pelea.

Dejé a Sparky en las escaleras, se alejó en dirección al cuarto y yo hacia la cocina donde estaba Scarlett. 

- Scarlett... -dije recostandome en la pared.

- Elizabeth -dijo sin girarse mordiendo un pedazo de pizza.

- Tenemos que hablar...-me interrumpió.

- Yo quiero hablar, al parecer tú no -se encogió de hombros. 

- No es eso -dije rendida.

- Un momento quieres hablar y al otro no -se giró en la silla para quedar mirándome.

Hubo un silencio incómodo. 

- Bien -suspiré- Hablemos -caminé a sentarme encima de la isla, quedé a su lado, un poco más alta que ella.

- Lizzie... Sé que ha sido difícil -hizo una prolongada pausa- También sé que tengo que buscar ayuda.

No pude contener en mirarla asombrada. Ella era bastante testaruda y que dijera eso de la nada me tomó por sorpresa. 

- Estamos de acuerdo, quiero pedirte disculpas por si en algún momento hice algo que no te gustó y por mi culpa te sentiste mal -bajé la cabeza- sé que siempre estoy llorando y no siempre pienso muy bien las cosas.

- La parte de llorar es cierta -rió- pero, aún así nunca has querido hacerme daño. Yo necesito mejorar, dejar mi coraje a un lado y entenderte más... entendernos más. 

Asentí con la cabeza y sentí su mano en mi muslo.

- Te amo Lizzie, jamás pienses que no es así.

- Jamás he pensado otra cosa que no sea esa. 

El silencio volvió a invadir la cocina. 

- ¿Irás a la neuróloga? -solté de una sin pensar.

Escuché a Scarlett respirar profundo. 

- Iré.

- ¿Es todo lo que dirás sobre eso? 

- Pondré más de mi parte para también no olvidar las cosas, haré los ejercicios para no olvidar... 

¿Solo es actuación, no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora