Capítulo 11

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Salió del escenario después de hacer una reverencia y entró, abrazándome entre respiraciones entrecortadas y una sonrisa débil.

-Vaya, ha sido brutal.-La miré con una sonrisa.-Para ser una enana agresiva con problemas para insultar y con historial por desnudarte en medio de la calle...nada mal, Collins.-sonreí, ella puso los ojos en blanco.-¿Qué? Todo es cierto.

-Si, aunque aun me tiento con la idea de que venga un teletubbies te pegue con un látigo mientras te obliga a mirar Dora la Exploradora.-Dijo con una sonrisa soñadora.-Sería hermoso.-soltó una carcajada y yo fruncí el ceño.-Anda, vamos con los demás.

-¡Mirad, la nueva súper estrella!-soltó alguien detrás nuestro. Ella sonrió a su amigo Stuart y se colgó a él como un koala. Él la sostuvo con sus brazos y rió.-Suerte que el tonto ese te ha convencido.

-Solo era la actuación de final de curso, para ver si paso o no.-dijo ella.-Espero que apruebe. Creo que me salió bien.

-¡¿Bien?!-dijo Leah a su lado.-Muñeca, solo te faltaba lanzarles tu ropa interior para que entrarán en locura sicótica!-todos empezaron a reír, yo también. Estaba un poco más apartado y me acerqué, los otros no se apartaron. Miré a Alex que se había sonrojado por el comentario de su amiga.-Vale, vale, ya dejo de avergonzarte.

-Gracias pelirroja teñida.-Su amiga abrió la boca sorprendida y ella rió.-Anda, vamos. Esta semana es la última y quiero divertirme.

-Pues vamos a hacer una cena en tu honor en la fraternidad.-dijo Margaret sonriendo.-Ya verás.-Todos asintieron, yo también. Nos fuimos y decidimos ir en los mismos coches. Nos despedimos de ellos y me fui con Alex a por mi coche.

-Siempre es igual con ellos.-dijo rompiendo el silencio.-Increíble.-sonrió mirando al frente, yo la miraba de reojo.-Gracias por venir.

-Ya te he dicho que era mi obligación y, además, desea verte cantar.-la miré, ella seguía mirando al frente mientras caminaba. Se había sonrojado un poco.-Gracias a ti por perdonarme.

-Bueno, este curso ha sido un poquito aburrido sin poder insultarte abiertamente.-solté una carcajada y ella hizo una media sonrisa.

-Pues eso, gracias igual.-Entramos en el coche después de que lo abriera. Arranqué.-Aprobarás.

-Eso espero.-soltó una risilla nerviosa y la miré de reojo. Se tocaba las puntas de su pelo recogido mirando hacía la ventana mientras ponía cara de preocupada.-En fin, queda una semana para terminar el curso, ¿dónde irás?

Bien, eso me había pillado desprevenido. Era pésimo en todo, y seguramente debía espabilarme porqué mañana tenía todos mi exámenes finales. Sino los aprobaba, suspendería el curso. Como mínimo que me quedarán menos de 4 para las recuperaciones era mi meta. Mi madre no quería saber nada de un hijo tan malo, así que me iría a un pueblo pequeño, a unas cuatro horas de la universidad en coche. Llevaba cinco minutos estudiando mi respuesta, cuando hablé.

-No lo sé, pero seguro que donde vaya haré nuevas historias.-ella frunció el ceño y yo me pase una mano por el pelo mientras frenaba en un semáforo.-Debo pedirte un favor...mañana tengo que aprobar mis exámenes, sino suspenderé.

-¿Qué estudias?

-¿Perdón?-dije confundido.-Pensaba que lo sabías.-respiré hondo, sabía que no lo sabia. Mis sueños no eran tan grandes como los suyos.-Estoy estudiando literatura, letras por así decirlo.-asintió.-Quiero ser profesor, profesor de lengua o literatura.-me miró estupefacta.-¿Qué?

-¿Tu?¿Este sujeto de aquí delante quiere enseñar a las mentes del futuro?-preguntó sorprendida. Asentí.-Vaya, debe gustarte mucho.

-Pues sí.-suspiré. Si que me gustaba. Deseaba enseñar a la gente cosas nuevas. Yo era una caso perdido pero los otros no. Yo ya era un egocéntrico mujeriego que estaba colgado por una chica lista con buena voz y guapa, una que nunca se fijaría en él por ser como es. Si podía evitar los errores que él había cometido a sus alumnos, ya estaría satisfecho.-Me gusta enseñar.

La voz de su sonrisa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora