Capítulo 30

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William:

Estaba todos hablando animadamente, mientras yo me seguía comiendo la cabeza con todo lo de la boda, cuando nos dimos cuenta que Dallas y Alex no estaban. Empezamos a mirar por todos lados y aparecieron los tres junto a una pelirroja que sostenía a Cooper en sus brazos triunfadora, mientras este le tocaba sus rizos riendo.

-¿Verónica?-dijo Adam con brillo en sus ojos. Debía ser ella, la verdadera madre de Cooper. Se encontraron y la besó con rapidez, mientras los demás guardaban silencio.

-¿Vamos?-cortó Alex el silencio, todos asentimos. Empezaron las bromas de nuevo, pero esta vez todos estaban en grupos más claros: Adam, Verónica y Cooper, Dallas y Margaret, Leah y Jeremy y, los quedamos teníamos el silencio en nuestros labios. Louis y Stuart empezaron hacer unas bromas y se alejaron, dejando entre ver el cuerpo de Alex delante mío, apartada de los demás como yo en silencio. Le toqué el brazo y me puse a su lado. Sonrió apagada.-Hola, Willy.

-Vaya, ese nombre me trae muchos recuerdos.-toqué mi nuca nervioso mientras la veía sonriendo igual, apagada.-Alex.-Me miró y asintió.-¿Quieres tirar esto adelante?-volvió a sonreír pero aun más, había ironía, rabia y desprecio en esa sonrisa.

-Supongo.-dijo sin más, sus ojos me miraron fijamente y se erizaron todos los pelos de mi cuerpo.-¿Y tu?¿Cómo vas con tu novia?

-¿Qué novia?-pregunté frunciendo el ceño, ella rió y negó como si no fuera nada.-No tengo novia, Alex.

-Claro.-asintió.-Cosas mías. Perdón.-sonrió de nuevo. No me gustaba esa sonrisa que se posaba en sus labios, no era ella. Es decir, la conocía desde hacía casi cuatro años y no era la sonrisa que tenía cuando la conocí.-¿Qué harás después de la boda?

-No lo sé.-mentí.-Supongo que buscar trabajo. Nunca se sabe que puede suceder.

-Nunca.-repitió en un susurro, me miró y puso los ojos pequeños mientras sus comisuras se levantaban. Aquella sonrisa me pareció un poco más sincera, pero no la comprendí.-William, gracias por lo de las pesadillas.-me comentó y yo negué moviendo una mano quitando hierro al asunto. Me sujetó el brazo y paró su caminata, yo también lo hice mientras los demás se iban yendo.-Muchas gracias, de verdad. No sabes lo que significa para mi.-Se puso de puntillas y besó mi mejilla, después me abrazó con mucha fuerza. Mis brazos se mantuvieron desconcertados en el aire, pero los fui bajando hasta devolverle el abrazo. Al cabo de un rato, se apartó con otra sonrisa y volvió a caminar rápido, tratando de atrapar a los demás.-Vamos, quiero bañarme.

Me tomó de la mano y empezamos a correr mientras reíamos, hasta llegar a la altura de los demás. Nos miraron contentos, como estábamos nosotros. No percibí tanto la tristeza en los ojos de Alex ni una sonrisa falsa. Llegamos a la piscina y entramos, mientras ya nos quitábamos las camisetas y, las chicas, los pantalones. Verónica se mantuvo con su parte de abajo y se sentó en una hamaca, jugando con Cooper. Noté unas manos empujándome sin éxito y bajé la cabeza, mirando a Alex como tenía la cara roja con los brazos haciendo fuerza. Me reí y ella apretó más su empuje. Sin pestañear me aparté y ella se tambaleó hacía delante, sin equilibrio. La sostuve cuando un pie suyo ya la llevaba al agua y mis manos hicieron fuerza. Ella tomó mis brazos nerviosa y sin pensar, cuando nuestras miradas se cruzaron.

-¿Recuerdas algo parecida hace casi cuatro años atrás?-le pregunté sonriendo, ella se sonrojó un poco y sonrió vergonzosamente.-Aunque no me gustó como continuo.-le comenté y ella rió. Mi cara se acercó más a la suya y tragó saliva nerviosa.-¿Qué harás, Alex?

-Esto, princeso.-me tiró los brazos en un descuido y nos precipitamos al agua. Caímos con fuerza y mis ojos se agrandaron dentro del estanque de agua. Alex estaba debajo mío, sonriendo con las mejillas infladas de aire. Mis manos fueron a su cintura y la acerqué, dejándola a apenas cinco centímetros de mi cara. Sonreí traviesamente y le besé la mejilla. Subimos hasta la superficie y me miró.-Has perdido, Willy.

La voz de su sonrisa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora