Capítulo 27

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Estallamos en risas y respiraciones entrecortadas y miré un poco a los demás, se veían felices. Incluso William y Alex, que se miraron un momento y después apartaron sus miradas nerviosos. Sonreí, era divertido verles así.

-Bien, me ha convencido esto, rubia lista.-dije sonriendo con picardía a Margaret, ella abrió la boca sorprendida y después nos reímos a la vez.-¿Cantamos otra?

-No, ya no lo haremos tan bien.-comentó William, Stuart asintió a su lado.-¿Por qué no jugamos a verdad o reto? Pero solo con verdad, porqué dentro de un coche mucho reto no haremos.

-Me parece bien.-dijo Alex. Sacó la cabeza y nos miró a mi y a Margaret.-¿Qué decís vosotros dos?

-¿Y yo?-gruñó el rubio y Alex rió sin apartar la cabeza.-Nunca me tenéis en cuenta.

-Eres un morboso, obviamente tu quieres.-dijo ella y él no contestó, bajando la cabeza.-¿Ves? MORBOSO.

-Venga, empecemos.-dijo Margaret apartando a Alex cuando íbamos a pasar por un bache, saltamos en nuestros asientos.-Dallas, eres el menos conocido del grupo. Dime,¿tienes novia?

¿Esa pregunta era una indirecta? Su cara lo era, pero, ¿lo hacía aposta? Yo conocía a Margaret por el verano pasado, que vino con Stuart. No éramos íntimos, pero siempre usaba el sarcasmo, las bromas y las indirectas para hablar. Aunque no perdía nunca su sonrisa traviesa. Tragué saliva notando como mis mejillas se tiñeron de rojo, así que miré el retrovisor lateral sin decir nada.

-No.-corté seco el silencio. Margaret soltó una carcajada.-Cambio de persona.

-¡Se ha puesto rojo!-dijo ella con diversión.-Eso es que le gusta alguien, seguro.-Todos rieron y Alex y sacó la cabeza con una ceja levantada curiosa.

-¿Desde cuando sabes levantar una ceja? Pensaba que te ponía nerviosa.-ella se tocó las cejas y las alzó las dos, sonriendo y abriendo la boca con emoción.

-¡Lo se hacer!¡Lo se hacer!¡Lo se hacer!-comenzó a decir como una loca sentándose bien de nuevo. Solté una carcajada y Margaret me sonrió. Di un pequeño volantazo nervioso y todos me miraron.

-Perdón, culpa mía.-volví a conducir recto.¿Qué demonios me pasaba?-Ahora que Alex, ha pasado su momento de...

-¡LO SE HACER!-Gritó cortando mi frase. Cogió a William por el cuello y le gritó.-¡¿Lo has visto?!¡Lo se hacer!

-Si, lo he visto.-dijo él con una sonrisa plácida. Ella cambió su cara al ver como le estaba cogiendo y se deshizo rápidamente, apartándose.

-Estas loca.-comentó Margaret. Una zapatilla voló a su cabeza.-¡¿Pero se puede saber que haces?!

-No estoy loca, suéter del mercadillo con cagadas de paloma.-contraatacó Alex, mientras se defendía. Margaret cogió la zapatilla y se giró, lanzándola a su propietaria.-¡¿Ahora quién esta loca?!

-¡Tu!-dijo ella riendo.

-Chicas, el coche es mío.-dije suspirando. No quería desperfectos.-Me gustaría no ver zapatillas volando.

-¡Seguro que apestan a queso rancio!-gritó Margaret.

-¡Pues tus sandalias huelen a excrementos de perro con diarrea, rubia de bote!-exclamó Alex. Margaret frunció el ceño divertida y bajo sus manos a su pie.

-¡Mira tu misma a que huelen, enanita de Blancanieves!-le lanzó la sandalia.-Seguro que estabas de suplente en la película por si un enanito enfermaba, aunque te hubieras de haber puesto tacones para llegar a su altura.

Stuart y William miraban sorprendidos la riña cómica de las dos amigas que evidentemente, no estaban realmente enfadadas. Alex la olió.

-¿Así que es esto lo que está en el aire, eh?-dijo haciendo referencia a la canción que habíamos cantado hace poco.-¡Si que es algo grande!

La voz de su sonrisa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora