Alex tenía todavía 14 años, Joe 15, Hunter 10 y Sophie 2. Estaba en su habitación con ropas cortas y desgastadas, con una gorra con la visera hacía atrás y sus zapatillas encima de la cama, donde también se encontraba ella. Estaba con sus deberes de lengua en la cama, leyendo su libro para la clase. Alguien llamó a la puerta.
-Adelante.-dijo ella. Hunter entró. Habían pasado dos semanas de la pelea con Joe.-Si vienes de parte de Joe dile que se pudra entre lodo compuesto de diarrea de ogro.
-No venía por eso, pero se lo diré con gusto.-dijo sonriendo.-Me preguntaba si podrías venir a la reunión con mi tutora. No quiero avergonzarme con los comentarios de papá y mamá.
-¿Yo?-dijo cerrando el libro y empequeñeciendo los ojos.-¿Y que decimos?
-Que están trabajando y Joe también.-se encogió de hombros.-Es en una hora, vamos.
-Hoy salgo con los chicos.-miró su reloj con una media sonrisa.-Volveré tarde, así que cúbreme y yo te cubro.
-Si, lo que digas. Acepto chantajes, estoy en un apuro.-Alex soltó una carcajada y su hermano sonrió. 10 años y tan maduro, no podía encontrarlo más que entrañable.-Tengo ganas de ser mayor, para salir por las noches y respirar un poco de aire.
-No quieres eso, ser un poquito más mayor te da demasiada experiencia.-suspiró y se levantó. Rodeó a su hermano por el hombro.-Anda vamos, que se tarda una media hora en autobús y un cuarto de hora hasta allí después andando.
Salieron escaleras a bajo pero Joe les frenó el paso.
-Sal.-dijo Hunter.
-No, y debo hablar con Alexandra para hacerla entrar en razón.-dijo cruzándose de brazos.-Ella ni le miró, suspiró y negó moviendo los pies impaciente.
-Búscate una pared y exponle tus ideas, así cuando volvamos tendrás tu mentira más bien construida. Si nos permites.-Y Hunter apartó de la puerta a sus sorprendido hermano y salió, junto con Alex que sonreía a su hermano. Anduvieron caminando por unos cinco minutos y subieron al autobús. Hunter miró a su hermana que estaba con la vista perdida a la ventana. Desde la pelea con Joe salía más, bebía más y volvía con más rasguños a casa.-¿Me dirás que te has caído aprendiendo a montar en bici?
-Oye, no preguntes cosas que no quieres saber la respuesta.-dijo tapándose las muñecas y los brazos con las manos. Su hermana, cuando era pequeña, empezó con las peleas. Siempre volvía con alguna herida hasta que las dominó. Llevaba unos meses con más heridas y cortes alrededor de las muñecas. No había intentado suicidarse pero los enemigos saben donde dar, y su hermana si hacía enemigos siempre. A diferencia de él, que contestaba con sinceridad y razón, dejando sin argumentos al otro, Alexandra era menos fina y daba con su gancho de derecha.-Deja de mirar ahí, Hunter. Solo haré de tu mamita y volveremos a casa.-Suspiró colocándose mejor en el asiento. Hunter bufó.-¡¿A qué viene eso?!
-A que mi hermana se mete en peleas de gallitos y no pide ayuda.-dijo él tocándole con el dedo muy fuerte por debajo del cuello pero antes de su pecho.-Terca. No puedes recurrir a Joe ahora, como mínimo pídeme ayuda con las curas.
-¡Para ya con eso, Hunter!- se cruzó de brazos y nos mantuvimos en silencio. Hunter era directo, pero con ella era diferente. Alexandra sabía poner a raya su hermano con una oración y él nunca la había vacilado. Siempre la había visto como una luchadora en el silencio, aguantando mientras su hermano mayor lloraba en los rincones por migajas de amor falso. Ella nunca le decía como ser, como no ser y como parar de decir las verdades. Lo defendía aunque se peleasen siempre. No había estado orgulloso de sus palabras de hacía unos días, diciéndole que se jodiese con su compromiso. Sus padres daban amor y eran fríos a la vez con Joe. Sophie aun tenía dos años y de él pasaban, así que no le dolía su indiferencia. Alexandra, recibía golpes y ningún halago, al contrario que Joe. Miro el reloj de su muñeca, llevaban 20 minutos allí.-No tengo un buen día, lo siento.-dijo rompiendo el silencio.
ESTÁS LEYENDO
La voz de su sonrisa (Editando)
Teen FictionAlex siempre ha sido esclava de su familia y de su pasado. Ha conseguido sobrellevar toda la oscuridad que tenía y la ha cambiado por simple carácter. Esa coraza y tapadera, se empieza a quebrar al inicio de su carrera universitaria, donde conoce el...