Capítulo 13

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Cuando me desperté, me encontré a Hunter aplastado contra la ventana mirándome. Solo nos separaba el cristal y grité, alzando la cabeza y dándome contra el techo del coche. Grité más flojo de dolor y me toqué la cabeza.

-¿Puedo saber que haces?-dije mientras abría la puerta del coche y me quitaba el cinturón.

-Pues asustarte, como bienvenida.-Le miré, algo estaba diferente en él pero no supe el que. Salí del coche y lo noté. Estaba muy alto, gigante. Estaba monstruoso. Debía hacer 15 en ese mes, pero parecía de mi edad. Me fijé en sus brazos, estaban muy robustos. Estaba muy mayor, demasiado para mi corazón.-¿Qué pasa?

-Es que estas tan...-no quería decirlo.

-¿Hombre?

-¿Cómo sabes que lo iba a decir?-sonrió.-Mi cara, ¿no?

-Tus ojos, aun siguen hablando.-sonreí ante su comentario y él me devolvió la sonrisa.-Sigo con Kara, por cierto. Ya sabes, la chica animadora.

-Me acuerdo, no hace tanto que nos vemos.

-Desde diciembre, estamos en junio. Medio año.-Abrí mi boca sorprendida, era cierto. Sonrió y me levantó al aire.-Pero, hoy lo celebraremos. He llamado a unos tipos muy majos que te preguntarán por burros que beben Redbull y Disney.-Sonreí ampliamente.-Papá y mamá ya se han ido con Sophie.¡Fiesta loca!

-¿Cuando llegarán Joshua, Matthew y Mark?-dije impaciente. Él sonrió y me bajó de sus brazos, en el suelo.

-Bueno, Mark esta de camino. Me ha dicho que debe saludar a no sé cual vecino nuevo y viene.-fruncí el ceño.-¿Qué? Encima que los aviso no te me pongas exigente.

Entré decidida en la casa con una bolsa mientras Hunter llevaba otra. El coche de mi madre, el más grande, no estaba. Ni Sophie, ni madre ni padre. Oí unos ladridos de mi Border Collie preferida, Lacie. Ya tenía ocho años, me alegré cuando me lamió las rodillas y reí. Joe miraba la televisión con cara de enfado y haciendo zapping. Subí a mi cuarto y dejamos mis cosas en el suelo. Empecé a quitar mis camisetas cuando una voz ronca llamó desde mi ventana.

-¡Vengo aquí y nadie recibiéndome!-sonreí y me dirigí a la ventana. Estaba en el segundo piso así que bajé la mirada. Mark tenía los brazos en jarras y me miraba desde el jardín con una sonrisa amplia. Le sonreí de vuelta y corrí bajando por las escaleras. Me caí en un peldaño y me sujeté a la pared, haciendo que mi trasero impactase en el suelo y resbalando a toda pastilla hasta la puerta de entrada. Hunter estaba abriendo la puerta así que Mark me recibió tirada en el suelo, tocándome la espalda.-Siempre has entrado con estilo, Alex.

-Mejor cállate.-Los dos soltaron una carcajada. Miré a mi hermano con enfado fingido y resoplé.-Dime que tenemos distracción esta noche.

-Se llama piscina y bikini, amiga mía.

-¡¿Fiesta en la piscina de noche?!- me levanté sonriendo. Nuestro barrio tenía una piscina pública, de las pocas del pueblo. Era gigante y todos los que íbamos nos conocíamos de vista como mínimo. Él asintió y yo empecé a saltar chillando.-¡Toma ya!

-Pero, debo de hacer de canguro.-Paré de saltar y le miré, con los ojos abiertos.-Mis padres me han encargado de cuidar el vecino nuevo, que lo han dejado solo en la casa y nunca ha venido aquí.

-Pues vale, otro más.

-Bueno...-se tocó el pelo nervioso.-...pero no te enrolles con él. Te conozco de hace mucho, Alex.

-Pero ya no soy así, ahora soy una buena chica.-dije poniendo una sonrisa inocente, él rió y Hunter puso los ojos en blanco.

-Está bien, confío en ti.-Miró a mi hermano.-¿Qué la pasa a Joe?

La voz de su sonrisa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora