Capítulo 10: Sucio dinero.

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Durante un breve instante ambos jóvenes permanecen en la misma posición. Ella, nerviosa y aturdida; él, divertido y sin desdibujar del rostro esa hechizante sonrisa que inquieta cada vez más a su víctima.


—¿Qué... qué haces? —titubea Lee Chae Rin.


Con actitud traviesa, Víctor se aferra todavía más a las manos de la chica, y fija su intensa y seductora mirada en la de ella.


—¿Qué te gustaría que hiciera? —murmura sugerente.


—¡Su... suéltame! —chilla— ¡Eish! Eres un idiota.


El mordaz latinoamericano la libera y se carcajea, consiguiendo irritar a la reconocida rapera que inmediatamente se pone de pie y se aleja de él.


—Lo siento, Ciel –dice levantándose del sofá—. Pero, ¿cómo querías que reaccionara?, si lo primero que veo al despertar es a una persona tratando de tocarme...


—¡¿To...tocarte?! —le interrumpe escandalizada— ¡¿Te has vuelto loco, extranjero?! Sólo quería cerciorarme de que en realidad dormías. ¿A qué rayos te refieres con que intentaba tocarte? —finge inocencia.


—¡Tch! Sí, claro –dice sarcástico, ganándose una fulminante mirada—. Lo importante ahora, Ciel, es que ya sabes que no debes acercarte a mí tan sigilosamente mientras duermo; no si no quieres salir lastimada. Te advierto que mi sueño es casi tan ligero como una pluma y mis reflejos son tan rápidos como los de Jackie Chan –alardea, imitando los movimientos del famoso actor chino.


Esa infantil actitud del simpático muchacho casi le arranca una carcajada a la caprichosa rubia, pero la reprime mordiéndose el labio inferior. Ella no sabe que él lo ha notado, y lo demuestra sonriendo una vez más.


—No digas tonterías –gruñe, se cruza de brazos y lo mira con desdén—. ¿Por qué dormías en horario laboral, extranjero flojo? ¿Debería decirle a nuestro presidente lo que en realidad haces cuando él piensa que estás trabajando arduamente? —muestra una malévola sonrisa.


—¡Vamos, Ciel, no exageres! —se aproxima y le rodea los hombros con el brazo—. No creo que desees meter en problemas a tu colega y a todo su equipo de trabajo. Si estoy aquí es porque ninguno de ellos ha llegado todavía. Supongo que les afectó un poco la resaca.


—¡Eish! Apártate –lo empuja, provoando la traviesa risa del fotógrafo—. ¿Y ese anillo? —pregunta, simulando que acaba de advertir su existencia.


Retrocediendo un poco, el astuto occidental oculta la mano en el bolsillo de los pantalones y se aclara la garganta.


—¿Por qué no aprovechamos el tiempo y vamos a tomar el desayuno, compañera? —sugiere, ignorando por completo la pregunta de la jovencita—. Esta mañana he salido de casa sin probar bocado y tengo un poco de hambre.


Aunque algunos lo crean así Chae Rin no es tonta, y se ha dado cuenta del extraño actuar del apuesto latino. ¿Por qué si dio su palabra de no volver a cruzar palabra con ella, se comporta como si nunca lo hubiera hecho? ¿Por qué percibe en su faz cierta inquietud, como si algo lo preocupara? Pero ante todo, ¿por qué esconde esa argolla?

The Baddest Female (K-Pop) [2NE1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora