Capítulo 22: Celos. Parte 1.

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La música, las risas, el murmullo de la gente, Rahul y todo alrededor de Víctor parecen haber desaparecido para él. Sólo se centra en el iluminado salón de la segunda planta del negocio, donde CL ríe y consiente el afectuoso abrazo del misterioso acompañante.

Una copa más es servida para el apuesto fotógrafo, por orden de su simpático compatriota. El joven agente se ha percatado, pero ni siquiera esto lo ha distraído, y continúa con la vista clavada en aquel lugar. Él vuelve a beberse el licor como si se tratase de agua insípida. Y a pesar de que éste irrita un poco su garganta, su rostro permanece inexpresivo.

El astuto Rahul cree que su amigo está molesto. Él conoce la razón de ese enfado, pues también ha advertido la presencia de la bella artista en el club y del hombre que está junto a ella. Pero no mencionará nada al respecto. En lugar de eso, aprovechará el estado de ánimo de su estimado aliado para cuestionarlo un poco y así tratar de ayudarlo para que reconozca sus sentimientos.

Con una traviesa sonrisa adornando su trigueña faz, el imprudente hispanohablante ordena dos bebidas más. Él se acomoda en un taburete, frente a la barra, y ofrece el alcohol al distraído Víc. Éste vuelve enseguida a sus sentidos, aparta la mirada del exclusivo salón y recibe la copa, con semblante serio.

--¿Qué sucede, hermano? --pregunta Rahul, sonriendo con malicia--. Pareces preocupado. ¿O estás enfadado?

--No –responde el fotógrafo con frialdad--. Sólo pensaba.

--¿Pensabas? ¿En qué? ¿O... en quién? --interroga, juguetón.

--En que una vez más me has manipulado a tu antojo. Me has traído a este ruidoso lugar, a pesar de que yo no quería venir. Y ahora, debido a ti, bebo el licor que al principio rechacé.

Rahul deja escapar una cínica risita, y luego se mantiene en silencio, mirando fijamente a su interlocutor. Está esperando a que éste se decida a hablar y reconozca la razón por la que ahora se halla molesto. Pero Víctor no dice más; vuelve a ingerir todo el alcohol de un sorbo, y su mirada se pierde en los cuerpos danzantes que se mueven al ritmo de la música.

Mas la obstinación del insolente visitante puede llegar a ser infinita. No se quedará tranquilo hasta lograr lo que pretende. Mostrando una mueca de frustración al principio y una de malicia después, él bebe un poco de su copa mientras urde rápidamente su próxima estrategia.

--Mañana mismo saldré de la ciudad –dice, sin desdibujar de los labios una traviesa sonrisa.

--¿Qué? --inquiere Vic desconcertado --¿Mañana? ¿Por qué no dijiste nada antes?

--Porque acabo de decidirlo –contesta, sonriente--. Justo ahora.

--Pero... ni siquiera has comprado el boleto de avión ¿Memorizaste bien las frases en coreano? ¿Estás seguro de que puedes viajar solo?

--¡Calma, hermano! --Rahul ríe divertido--. Confío en mi suerte. Sé que si alguna vez necesito ayuda, encontraré a algún alma caritativa que se apiadará de mí. Si no sucede así, entonces te llamaré. Podrás localizarme rápido. He decidido visitar primero Busán, antes de partir a Jeju. Escuché que allí se prepara una deliciosa y exótica comida de mar. Pescado y pulpo vivo. O algo parecido. ¡Comida con estilo, hombre! ¿Comprendes? Perfecta para un hombre como yo. ¡Con estilo!

El joven manager sonríe y asiente con la cabeza, reservándose nuevamente cualquier comentario. Sintiéndose frustrado, su acompañante muestra una amarga sonrisa y se bebe todo el licor de un sorbo.

Carajo. ¿Por qué demonios Víc no admite lo que sea que está sintiendo?, se pregunta Rahul. ¿Qué puede hacer él para darle un empujón? Su conciudadano es tan terco que si lo interpela directamente sobre sus sentimientos, sólo conseguirá que se hunda más en su caparazón para no salir de ahí nunca más.

The Baddest Female (K-Pop) [2NE1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora