The Baddest Female (K-Pop) [2NE1]

Capítulo 19: Inoportuna visita.

La rubia jovencita evade la mano del desconocido individuo que pretende acariciarle la cara. Ella lo mira fijamente a los ojos en un intento de mostrar seguridad, aunque en realidad está aterrorizada. Se pregunta dónde rayos se ha metido Víctor y cuál es la identidad del extraño individuo con semblante de pervertido que en este instante tiene enfrente.

--Ese bastardo siempre ha tenido buenos gustos con las mujeres –continúa hablando el sujeto--. ¡Hijo de...! --Él ríe--. Para mi desgracia y la de otros hombres, también es afortunado con ellas. Todas lo siguen, incluso aquellas en las que él no está interesado.

--No te entiendo –murmura CL con desasosiego--. Apártate, ¿quieres? --demanda temerosa.

--¿Qué sucedería si esta vez robo a su chica? --interroga él, juguetón--. Si lo hago, ¿él se enojará mucho? --Dibuja una descarada sonrisa en su faz--. ¿Tú qué dices, belleza? ¿Lo intentamos?

El atrevido hombre reduce un poco la distancia que lo separa de la atemorizada señorita y guiña un ojo. Antes de continuar acercándose peligrosamente, le da un último vistazo de arriba abajo. Él sabe la inquietud que ha provocado en su víctima y eso lo divierte.

Lee Chae Rin muestra una expresión de pánico con una mezcla de repugnancia, pues ha notado la mirada lasciva del misterioso individuo. Él es tan desagradable y tan terrorífico a la vez. Definitivamente ha caído en las garras de un psicópata depravado, piensa ella. Se siente acorralada, indefensa y más desesperada que nunca. A esto se añade el llanto que amenaza con brotar. Ella quisiera gritar, pero el nudo que se ha formado en su garganta se lo impide.

Con la intención de besarla en los labios, el insolente sujeto la toma de la cintura y se inclina lentamente. Ella sólo empuña las manos, cierra los ojos con fuerza y permanece estática. Su cuerpo ya no la obedece. Si pudiera le daría una bofetada, un puntapié, y saldría corriendo de ahí; mas ha quedado congelada.

--Déjala tranquila –dice en español una voz masculina desde el umbral de la sala.

De inmediato, el alma vuelve al cuerpo de la afamada cantante. Es la inconfundible voz de su apuesto representante, quien una vez más acude a rescatarla. Ella suspira aliviada, empuja al acosador sujeto y corre hacia el joven fotógrafo.

--Víctor –musita ella, angustiada, y se aferra al brazo del joven agente.

El carismático occidental frunce el ceño con desconcierto y sujeta la mano femenina. Él ha notado que ella está temblando. No es la primera vez que esto sucede, y lo preocupa.

Molesto por el atrevimiento del muchacho, Víc le lanza una intimidante mirada y niega con la cabeza en señal de desaprobación.

--¿Qué? --pregunta el desconocido y ríe--. ¡Oh, vamos, amigo! --exclama en español--. ¿Estás enojado? Sólo me divertía un poco –dice con descaro--. Estaba bromeando. No iba a hacerle nada... nada que ella no quisiera, claro –asegura y vuelve a reír.

--¿Divertirte? --repite Víctor en el mismo idioma--. Está aterrorizada, idiota. ¿No te das cuenta? Si haces otra vez este tipo de bromitas estúpidas, te juro que te rompo la cara –amenaza, enfadado-- ¿Entendiste?

Sin dejar de aferrarse al brazo del varonil manager, la líder del cuarteto femenino contempla al par de jóvenes, confundida. Es evidente que ellos dos se conocen, piensa. Ahora que está más serena se ha percatado de que el pervertido hombre también parece ser latino, ya que habla la lengua materna de Vic.

--Está bien, está bien –responde el individuo con hastío--. Quita esa cara de amargado. A veces eres igual de cascarrabias que tu padre, ¿sabes?

Al darse cuenta de que el peligro ha pasado, CL suelta al caballero de bronceada piel. Se sitúa frente a él con arrogancia, lo mira fijamente y cruza los brazos.