The Baddest Female (K-Pop) [2NE1]

Capítulo 21: Ese XX...

Aquella extraña llamada ha interrumpido las profundas cavilaciones de Víctor. Recostado en su cama, mirando con desconcierto la pantalla del teléfono celular, se pregunta qué idea loca ha cruzado por la atolondrada mente de Chae Rin antes de intentar comunicarse con él.

Sin duda ella es la chica más enigmática y extraña que ha conocido, piensa él, incorporándose. Hay algo en ella que despierta su curiosidad, la cual desde hace tiempo permanecía dormida, y que lo insta a descubrir el secreto detrás de la infantil actitud e irritante arrogancia con que la muchacha suele conducirse.

A pesar de ser siempre víctima de la altanería de la chica, lo obliga, debido a su natural instinto de cortesía y hombre protector, a procurar siempre el bienestar de ella, al menos en el ambiente laboral. A soportar sus desplantes, mismos que no toleraría si se tratase de cualquier otra persona. A hacer todo lo que está en sus manos para resguardarla de aquel que pretenda acosarla o amedrentarla, sin importar si éste es el mismo presidente de la nación.

Todo aquello, y más, haría por ella y por todas las mujeres que han formado parte de su vida, aunque haya sido por un breve tiempo, aunque alguna de ellas se atreva a herirlo. Es rencoroso, y mucho, pero aún así las protegerá en el nombre del cariño que una vez les guardó.

Una dulce sonrisa surca la bronceada faz del latinoamericano. Está pensando en lo solitaria que la caprichosa cantante ha de sentirse en estos momentos. Sin el deseo de dormir todavía, él abre el cajón de la mesita de noche y toma de ahí un cuaderno y un lápiz. Con la cautivadora expresión que aún no se desdibuja de su rostro, comienza a trazar delicadas líneas, con la habilidad de un gran dibujante. Éstas poco a poco van tomando forma en el blanco papel...

La imagen de la engreída líder de 2NE1 ha desplazado rápidamente los recuerdos que hasta hace unos minutos ocupaban su mente: los de aquella tierna jovencita con quien salía. Aquella hermosa asiática que ahora debe de estar en algún lugar de Europa, ha dejado en el dócil corazón del muchacho una mortificación que diariamente lo inquieta.

Él no ha podido estar tranquilo después de que la vio marchar con lágrimas en los ojos. Y aquella caricia, aquel primer beso que también sería el último entre ellos, y que ella le robó con la esperanza de hacerlo cambiar de opinión, lo ha hecho sentir como una verdadero patán. Como un cobarde que ilusiona y luego desecha los sentimientos de una chica.

Pero, ¿qué podía hacer él, si no la amaba? ¿Fingir? ¿Aceptar casarse con ella y luego hacerla desdichada? ¡Eso jamás! Es incapaz de lastimar de esa manera tan cruel. Él sabe que hizo lo correcto al ser sincero; cuando tomó las manos femeninas entre las suyas y con delicadeza explicó lo insensata que sería la decisión de contraer matrimonio sin un fuerte y mutuo lazo afectivo que los uniera: el amor.

Era ella quien empezaba a enamorarse, mas no lo suficiente para arriesgarse a entrelazar su destino con el de él. La jovencita se dio cuenta de esto luego de que Vic habló con ella. Aún así, ella deseaba que él la siguiera, que continuara cosechando en su interior el precioso sentimiento que ahora tendría que matar con la distancia y la incomunicación. Quería luchar hasta conseguir conquistarlo, sin embargo, él se negó a acompañarla.

Recostado en el cómodo sofá de la estancia, sosteniendo entre sus masculinas manos un extenso diccionario, Rahul busca entre las páginas, velozmente, los conceptos que desea traducir.

--Ho... hola –pronuncia en coreano con dificultad--. ¡Hola...! Se... se-señorita... Señorita. He... her... ¡Hermosa señorita! --exclama, triunfante--. ¡Hola, hermosa señorita! --agrega con tono seductor.

--¿Eso es lo único que te interesa aprender? --reprocha Víctor, saliendo de la habitación en dirección a la cocina.

--Eso es lo más importante –responde Rahul, travieso--. Estoy aprendiendo. ¿No es eso lo que querías? Deja de fastidiar –finge molestia.