Capítulo 23: Feliz.

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  --¡Hey! ¿Por qué rayos desordenas mi armario? --grita Víctor desde la estancia--. Tu cámara no puede estar ahí. Ni siquiera desempacaste tu equipaje durante los días que estuviste aquí.

--¿En serio? --pregunta Rahul desde la habitación.

--Oye, idiota. Eres tan perezoso, que con dificultad levantas los pies para caminar. Cuando llegaste sólo lanzaste las maletas a un rincón y de ahí tomabas lo que necesitabas.

Rahul ríe bajito, lo suficiente para que su mejor amigo no lo escuche. Su mentira está a punto de ser descubierta. La verdad es que ha ido al apartamento para asegurarse de que su improvisado plan ha funcionado.

Ahora que él sabe que se han obtenido buenos resultados desde que abandonó la vivienda, puede marcharse tranquilo. Pero se mantendrá vigilante. No descuidará el progreso de la relación entre Víc y la caprichosa cantante hasta verlos juntos, como una pareja de novios.

--Supongo que me equivoqué –dice el insolente visitante, saliendo de la habitación. Encogiendo los hombros, se encamina a la salida y añade--: Tal vez no revisé bien. Creo que tendré que vaciar de nuevo mi equipaje.

--¿Volverás a Seúl? ¿O irás directamente a Jeju desde Busán? --indaga el carismático fotógrafo.

--No lo sé, hermano. Soy como un pequeño pez desorientado; me dejo llevar por la corriente –asegura con semblante divertido. Desde el umbral del departamento, con una juguetona sonrisa, se vuelve hacia CL y exclama en inglés--: ¡Hasta luego, bonita!

La voluntariosa rubia sonríe sutilmente desde el cómodo sofá donde se halla junto a Víctor. Éste, al notar la cálida expresión de ella, arruga el entrecejo y dirige una desconcertada, acaso molesta mirada a su coqueto compatriota.

--Hasta luego, forastero –responde ella, amablemente, en el mismo idioma.

La percepción que ella tenía de Rahul ha cambiado. Ya no piensa que es antipático. Hace un momento, cuando la vio llorar, se dio cuenta de que él se enfadó con Víc. La estrella no entendió lo que el muchacho le dijo al joven agente, pero supuso que lo reprendía por haber sido malvado con ella. Su disgusto era evidente. El semblante travieso que ella ha visto en él desde que lo conoció, había desaparecido para convertirse en uno totalmente opuesto. Sentir que el chico está de su lado la alegra.

--Tú, bribón –Rahul señala a su estimado aliado, endureciendo las facciones--, ya estás advertido. No se te ocurra herir de nuevo los sentimientos de esta preciosa chica, ¿entiendes? Si me entero de que te has burlado de ella...

--Mira quién lo dice –rezonga el latino, con mordacidad--. El galán al que lo encanta jugar con las mujeres.

--¡Oye, imbécil! --El caballero levanta la voz, ofendido--. Yo solamente juego con las mujeres que se prestan a mis juegos. Aquellas que, al igual que yo, sólo buscan divertirse un poco; sin compromisos. Mi conciencia no carga ningún corazón roto. Soy incapaz de lastimarlas. ¡Oye, muñeca! --Él agita la mano para llamar la atención de la jovencita, y agrega con picardía--: Si durante mi ausencia este bastardo vuelve a decepcionarte, cuando yo regrese, ¿saldrías conmigo?

El enojo incendia las oscuras pupilas del representante. Rápidamente, él se pone de pie, toma un cojín del sofá y lo lanza con furia, mascullando:

--¡Ya lárgate, idiota!

Rahul sale velozmente del apartamento y cierra la puerta, antes de que el esponjoso proyectil lo golpee. El eco de sus descaradas carcajadas resuena desde el corredor, fastidiando a su compañero.

Lee Chae Rin ríe bajito. La divierte mucho ser testigo de la manera en que el insolente visitante saca de quicio a Víc. La artista siente como si Rahul se cobrase con creces todos los malos e incómodos instantes que ella ha vivido por culpa del sarcástico occidental.

The Baddest Female (K-Pop) [2NE1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora