Un Ángel En La Madrugada Capítulo 50

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Un Ángel En La Madrugada

Capítulo 50

Narra Lauren

Jamás había odiado tanto esa parte de mis instintos, esa parte de mí que realmente no podía controlar tratándose de Camila. Sentir su piel caliente chocar contra la mía era un infierno, sentir sus labios nuevamente, simplemente me robaba el alma. Mi control estaba perdido, Camila era más irresistible que nunca, llevaba tanto deseo, amor, y años completos de infinitos ''te extraño'' reprimidos, que esto no podía terminar de esa manera. La tensión del momento me había provocado y había encendido en mi todo aquello que no he podido desprender con nadie, ciertamente jamás volví a besar a nadie como lo hice con Camila y jamás volví a tener ese irresistible deseo de hacer mío a alguien que no fuese ella, alguna vez lo intente, pero siempre resultó aburrido e incompleto. Camila era una dama, una chica hermosa que no merecía uno de mis arranques ardientes, estaba demasiado animada pero definitivamente esta no era la forma correcta de decir ''te extraño'', tal vez lo querríamos las dos, pero no quería aprovecharme de un momento de debilidad de ambas, yo soy una dama y ella también, nos merecíamos más que un encuentro casual aunque me a costado todo mi esfuerzo parar y no continuar.

Camila pasó sus brazos por mis hombros invitándome a unirnos en un abrazo, podía sentir su corazón latir tan rápido y su respiración regularse poco a poco. Tenerla así de entregada me estaba resultando un martirio.

-Iré a tomar una ducha fría. -Dije limpiando mis lágrimas.

-Camila: Creo que también lo haré. -Dijo retirando sus brazos al momento y tapando sus pechos semidesnudos frente a mí, notando sus mejillas ruborizadas. Tome su blusa y se la entregue antes de ponerle la mía.

-Hablaremos de esto más tarde ¿ok?, necesito relajarme un poco. -Explique con un poco de tensión.

-Camila: De acuerdo. -Dijo con un poco de pena. -Decidí salir antes de que mis instintos me traicionaran nuevamente.

Tome una ducha fría, lo bastante fría como para que la temperatura de mi cuerpo volviera a su normalidad, tome mi pijama y decidí bajar a ayudar con la limpieza de una buena vez. Cuando llegue hasta el living, Camila tenía una escoba entre sus manos mientras limpiaba frenéticamente. Nuestros ojos se encontraron al momento y un hermoso destello apareció en los suyos, una sonrisa tímida apareció en sus labios y después sus ojos se apartaron con pena. Entre bromas y alguno que otro comentario sobre la guerra de chatarra, terminamos de limpiar, las chicas subieron a sus habitaciones y con la simple mirada Camila y yo sabíamos que esta sería una larga noche.

Fui hasta la cocina y prepare una cafetera completa, serví un par de tazas y entregue una a Camila quien estaba sentada nerviosamente esperando en el comedor.

-Creo que será necesario, hay mucho de qué hablar. -Dije colocando la cafetera frente a nosotras tomando un sorbo de café caliente.

-Camila: Yo no sé cómo comenzar, ahora tengo bastante pena. -Dijo entre pequeñas risas nerviosas que solo me hicieron sonreír y suspirar al momento.

-Tal vez, podríamos empezar desde cero. -Dije entrando en un pequeño juego. -Hola, soy Lauren Jáuregui, hace un par de años conocí a una chica llamada Camila la cual me robo el sueño, me hizo creer en todo aquello que no creía y me hizo sentir como nunca imagine que me sentiría, después...creo que la perdí, porque yo solía ser muy estúpida, tal vez sigo siendo muy estúpida. -Pensé al momento mientras lo decía en voz alta. -Pero no lo suficiente como para volver a cometer aquellos errores. -Explique sonriendo ligeramente. -Sufrí mucho por eso, ya que nadie me advirtió que el costo de los buenos momentos que ella me dio, sería extrañarla como jamás nadie ha extrañado a alguien en este mundo. -Dije mientras note como Camila sonreía divertidamente. -He ido por la vida buscándola en cada rincón, en cada momento y en cada persona, incluso encontré a su clon. -Sonreí recordando a Aisha. -Pero aun así sabía que nada funcionaria porque por más que intentara engañarme, mi corazón era de ella y siempre se encargó de remarcar que todos esos intentos jamás podrían reemplazar a esa Camila única e incomparable, ellos no eran ella y jamás lo serían. Han pasado casi tres años desde que esa maravillosa historia comenzó y terminó, pero dicen que lo bueno nunca termina y que las buenas historias siempre dejarán saber que no hubo una final tan cierto como la misma muerte. Aquí me tienes, enamorada de esa misma mirada que encontré una tarde por las playas de Miami. -Dije notando como Camila daba un gran suspiro y sonreía volviéndome a mirar.

-Camila: Hola, soy Camila Cabello y esa es una de las mejores historias que he escuchado. Yo también me enamore de una chica hace un par de años atrás, con ella descubrí lo bonito y lo feo del amor. -Dijo haciendo una mueca. -Supongo que eso es parte de enamorarte plenamente de alguien. Cometimos muchos errores que nos llevaron a fracasar, siempre fui una persona muy cobarde, le temía al dolor y creo que nunca antes alguien me dijo que el dolor era parte de enamorarte completamente de una persona, todo eso lo descubrí con ella y sin ella también. He intentado seguir adelante, deje de soñarla pero jamás deje de pensarla, nunca supe cómo se olvida a alguien que ha marcado tu vida al punto de no poder dejar entrar a nadie más en ella. Aunque tal vez todo ha sido un completo desastre, es verdaderamente agradable ver que sigue siendo la misma chica que conocí hace un par de años atrás, solo con una par de ajustes. -Sonrió. -Que es la única persona que verdaderamente ha ido detrás de mí. Es verdaderamente emocionante ver cómo me mira a los ojos y me dice que me ha echado de menos y sigue tan enamorada de mi como yo de ella desde aquella tarde que la vi por primera vez en una de las playas de Miami.

Sentí como mi corazón bombeaba sangre a presión, ocasionando que mi pulso cardíaco aumentara sin control. Miles de mariposas revoloteaban por mi estómago y miles de emociones me invadieron por completo...así como la primera vez que me dispuse a decirle a Camila todo lo que sentía por ella, volvía a sentirme esa chica de hace un par de años atrás que después de tantos intentos volvía a enamorarse por primera vez.

-Bien, ahora, ¿puedo besarte de nuevo? -Pregunté conteniendo mis ganas mientras note como las mejillas de Camila se ruborizaron sonriendo ligeramente negando con su cabeza.

-Camila: Creo que eso no sería correcto, creo que debemos tomar las cosas con calma Lauren, necesitamos darnos cuenta de si esto realmente funcionara de nuevo, no quiero dañarme con falsas esperanzas, quiero estar bien segura de lo que sientes por mí y de lo que siento por ti.

-Camz...-Tome su mano ligeramente. -Te he esperado todo este tiempo y cada día de mi vida, podría esperar por ti toda mi vida si tu me lo pidieras, solo quiero que sepas que no necesite perderte para saber que serias tu la persona que quiero para mí. -Sentí como un peso se liberó de mi pecho.

-Camila: Eso es jugar sucio Jáuregui. -Suspiro acariciando mi mejilla mientras me miraba con ternura y mordía ligeramente su labio inferior y sus ojos miraban con insistencia mis labios. -Necesito de tu ayuda ¿si? -Preguntó sin dejar de mirarme.

-Lo que sea. -Dije con una ligera sonrisa.

-Camila: ¿Puedes dejar de ser tan linda y dejar de enloquecer a mi corazón con tu simple mirada?, por favor. -Fingió compasión.

-Si mi estrategia hará que vuelvas a besarme, no te prometo nada. -Dije con una sonrisa maliciosa.

-Camila: Ok. -Suspiro y tomo una pose juguetona frente a mí, demasiado cerca de mi rostro. -Te daré la oportunidad de que te ganes uno de mis besos, pero no hoy, tal vez mañana o pasado...oh en un mes...Si realmente lo quieres, tendrás que esforzarte Jáuregui. -Sonrió con malicia golpeando ligeramente mi nariz con su dedo y yo simplemente sentía que moriría en ese momento. -Buenas noches Lolo. -Sonrió mientras se levantaba del comedor y comenzaba a caminar hasta su habitación.

 -Buenas noches Camz. -Dije con un poco de frustración y mi corazón latiendo muy a prisa. -Vas a caer Camila, más pronto de lo que imaginas, volverás a estar tan perdidamente enamorada de mi como yo de ti, ya lo veras. -Me susurré a mí misma con maldad tomando un último sorbo de café.

Un Ángel En La Madrugada (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora