PEDRI
-¿Me queda bien?-Casilda se miró al espejo, dándose la vuelta y dejándome una buena panorámica de su culo-. ¡Pedri!
Me rasqué la nuca disimulando, ella comenzó a reírse y yo me aclaré la voz nervioso. Tenerla en bikini las veinticuatro horas del día fue una puta tentación.
-¿Qué si me queda bien la gorra?-preguntó con cierto retintín de nuevo.
-Pareces una cantante de trap-me burlé y ella me sacó el dedo.
-No me va a mi el trap-arrugó la nariz.
-Cántate algo.
Casilda alzó la mirada y tras hacer unas muecas muy graciosas se acercó a mí con chulería. Sus labios rozaron los míos, una vez más me tentó porque no tuvo intención de besarme, pero a mí me puso al límite. Y más si estábamos en el puto paraíso. Me miró de forma sensual mientras trataba de aguantarse la risa. Tragó saliva y procedió a cantar, yo mientras tanto, me esperé cualquier cosa viniendo de ella.
-El Maka...Dellafuente...Échale agua a los garbanzos que están mu' duros...
Epa...Granada...-Como no, no podían faltar-me burlé y ella hizo algo que no me esperaba.
Me dio un beso en los labios y al separarse me mordió el labio inferior mirándome desafiante.
-¿Quieres jugar?-alcé una ceja.
Casilda rodeó mi cuello con sus manos y unió su boca a la mía. Nos besamos mientras el sol se ponía dejando un escenario de película. Cuando me propuso hacer aquella escapada, me negué, pero enseguida supe ver que lo necesitábamos. Al final estábamos solos en el puto paraíso. Una villa para nosotros dos solos, disfrutándonos mutuamente e intentando encarrilar lo nuestro. Que puede que estuviéramos en nuestro mejor momento tras su fatídico accidente, pero a mí me dio miedo pensar que tras estos momentos tan idílicos todo se volviera a ir a la mierda.
-¿Te apetece que nos metamos en la piscina?-susurró rozando sus labios con los míos.
-Contigo siempre me apetece todo-la agarré de la nuca y la besé.
Bajé mis manos hasta su trasero y allí las dejé mientras nuestras bocas hablaban solas. Besarla libremente, sin que tener temor a que nos vieran, sus labios y los míos juntos de nuevo, fue algo raro y muy satisfactorio. Mantenernos en secreto fue un hándicap y más cuando teníamos a todos los focos sobre nosotros. Ella mentía muchísimo mejor que yo, sabía tratar con la prensa y hasta alguna que otra vez yo me la creí de lo convincente que sonaba. Sin embargo, yo preferiría no hablar, me ponía nervioso y enseguida se me iba la lengua diciendo cosas que no debía. Optar por el silencio fue la mejor opción que tomé y más cuando cada día tenía que lidiar, como mínimo, con tres periodistas. Año y medio más tarde seguíamos siendo tema de noticia y eso que dejamos bien claro que lo habíamos dejado. Pero el morbo estaba ahí y a todo el mundo, o casi todo, le interesaba mucho quien era la pareja actual de Casilda. Se barajaban muchos nombres, entre ellos el mío y comencé a sentir la presión mediática. Llegó a un punto en el que todo me superó y perdí los papeles por completo.
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365 días para recordar ▪︎ PEDRI GONZÁLEZ
FanfictionUn contrato sin validez, pero para la familia es primordial. 365 días para volver a enamorarse, de lo contrario deberá renunciar al que un día fue el amor de su vida. Una coronación en juego, un futuro prometedor y algo indispensable, la memoria, e...