Capítulo 6

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Agarré el mando a distancia y rebobiné el vídeo para verlo de nuevo. No sé como, pero acabé encontrando en Internet el vídeo de mi accidente. Aquel día sentí la necesidad de verlo y como era obvio, Internet era el mejor lugar para encontrarlo. No me costó en absoluto, es más, fue buscarlo y en el primer enlace apareció. Lejos de sentir rechazo o pudor, me sentí intrigada, no eran imágenes agradables de ver, en absoluto, pero fue el ímpetu a descubrirme lo que me hizo repetir el vídeo una y otra vez.

-Casilda del Castillo, antigua Princesa de España, ha sufrido esta madrugada un terrible accidente en el que ha tenido que ser trasladada al hospital más cercano. Los primeros indicios nos muestran que su estado de salud no es favorable y que en estos momentos se está debatiendo entre la vida y la muerte. Con ella iban tres jóvenes más, uno de ellos Rodrigo Saura Pérez ha sido el único superviviente, también ha sido traslado al hospital y su situación es mucho más favorable. Sin embargo, los otros dos jóvenes Borja Guzmán Linares y Toño del Río García fallecieron en el acto. El accidente fue provocado a eso de las tres y media de la mañana, un señor de unos sesenta años circulaba en dirección contraría bajo los efectos del alcohol y las drogas. Tras el choque con ambas motos el coche prendió y el hombre no pudo salir con vida. Ahora mismo se están investigando las causas del accidente y que fue lo que pudo provocar el fallo del motor del vehículo que arrasó con los cuatro jóvenes. Las cámaras de seguridad grabaron estas terribles imágenes que van a ver a continuación.

Me arrodillé en el suelo y me acerqué todo lo que pude a la tele. Ya había visto el vídeo como cinco veces. Borja y Toño iban en la primera moto y Rodrigo y yo en la segunda. El coche nos atropelló sin mesura, iba a una velocidad inusual, demasiado rápido para ser una simple convencional. Vi mi cuerpo volar por los aires y aterrizar en el suelo sintiendo un gran impacto. La moto me cayó sobre la pierna izquierda entonces comprendí el porqué de la casi amputación. Por inercia, quizá, me llevé la mano a la pierna y acaricié las cicatrices. Eran sutiles, pero las marcas estaban y se notaban. Pedri las llamaba "cicatrices de guerra". Según él yo fui una guerrera y aquellas cicatrices solo eran la evidencia de una lucha en la que conseguí vencer.

-¿Qué haces viendo eso?-la voz de Fernando me asustó-. No deberías.

-Me lo ha recomendado la psicóloga-encogí mis hombros, no era verdad del todo, pero quedó mucho mejor decirlo así.

-¿De verdad?-alzó las cejas, supo que no le estaba diciendo la verdad.

-En realidad me animó a ver todo aquello que me ayudara a recordar. Fotos, vídeos, la música...

-Claro y ver el vídeo del accidente te va a ayudar en algo, ¿no?-se cruzó de brazos, parecía molesto.

-Puede que no, pero te aseguro que no tengo trauma. Ni siento ni padezco y eso me preocupa.

-Habrás matado tus emociones. Pedri es incapaz de verlo. Así que yo si fuera tú iría quitando el vídeo porque está a punto de llegar.

Asentí con la cabeza y lo miré de forma inocente. Me dio un beso en la mejilla y se despidió para irse a trabajar. Mordí mi labio inferior y tras comprobar que todavía faltaban quince minutos para que Pedri volviera, me puse el vídeo de nuevo. Mi intención no fue torturar mi mente, solo quería sentir algún tipo de emoción, pero no funcionó. Ver aquellas imágenes tan horribles no despertaron nada en mí, solo interés, no sentí pudor, no sentí miedo, ni rabia. Solo miraba y comprendía que estar viva era un milagro y que no lo había apreciado como tocaba. Cansada de ver mi cuerpo volar por los aires y caer al suelo como aquel que tira un jarrón con rabia quité el vídeo y me puse la coronación de mi madre. Solo quería comprender un poco mi vida y si Pedri llegaba, era mejor que me viera viendo una coronación que no un atropello mortal.

365 días para recordar ▪︎ PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora