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Alice.

-No me importa que esa sea información clasificada, es de mi mujer de quien estamos hablando. -Decía Aiden visiblemente irritado a las personas que se encargaron de organizar aquella fiesta.

Después de lo que pasó Aiden se había enfurecido y había tomado la carta guardandola en su saco mientras nos sacaba de aquel salón abarrotada de gente y nos guió a un lugar más privado en donde de inmediato me sostuvo entre sus brazos y mandó llamar a aquellas personas a las cuales les estaba alzando la voz.

-Lo entendemos, Preir. Pero la información de nuestros clientes e invitados es privada, me temo que no podemos darle la información que desea, además que no conocemos a la persona con las características qué mencionó la Señorita.

Hablaba de manera nerviosa el anfitrión qué anteriormente nos había recibido en la entrada.

Sabía que Aiden estaba a punto de mandarlo a la mierda por lo que me acerque a él y lo tomé del brazo.

-Está bien Aiden, quizá fue una broma de mal gusto. No queremos arruinar su fiesta, muchas gracias por la invitación pero me temo que nos retiramos ya qué me siento indispuesta. -Susurre apenada mientras le daba un apretón a Aiden para que entendiera qué yo no quería estar más en aquel lugar.

Escuché su suspiro y asintió.

-Si, nosotros nos retiramos pero gracias por tan amena velada.

Dijo un poco sarcástico mientras me tomaba de la mano y comenzaba a caminar conmigo hacia la salida.

-De igual manera quedamos pendientes.

Aiden no dijo nada, solo saludó con la mano y salimos de aquel lugar en donde se escuchaban las risas y la música de fondo. Llegamos hacia nuestro auto y nos subimos en la parte trasera mientras le indicaba a Iván y al otro guardaespaldas qué avanzaran.

Sin decir nada me tomó de la cintura y me colocó sobre su regazo mientras me abrazaba.

-¿Como estás, muñeca? -Susurró contra mi cabello y suspiré sintiendo un ligero temblor recorrerme el cuerpo.

-Confundida.

Fue lo único que mencioné mientras escondía mi rostro en su cuello, logrando aspirar el aroma de su colonia mientras me aferraba inconscientemente a su cuerpo, arrugando incluso un poco su traje. Necesitaba sentir ese confort, necesitaba sentir que el estaba ahí para cuidarme, para sostenerme y no dejarme caer.

Alguien nos estaba siguiendo, aquello se estaba saliendo de control ¿Como sabían que Aiden y yo estaríamos en París? Más bien ¿Como siquiera sabían que estaríamos en aquella reunión?

Muchas preguntas rondaban por mi cabeza, y lo que más me preocupaba era que esta vez se acercaron directamente a hablar conmigo y la carta estaba manchada de sangre. Aquello comenzaba a asustarme más de lo que ya estaba, además que todo se estaba saliendo de control.

Después de lo que pareció una eternidad llegamos al hotel. Al querer levantarme Aiden se aferró más a mi cuerpo dandome a entender que no me moviera y eso hice, me quede quieta y el me llevó en brazos hasta nuestra habitación.

Al llegar ahí, dio ordenes de vigilar los alrededores y la habitación.

Al entras nos llevó directamente a la cama, retirando mi calzado y el suyo y dejándonos en medio de aquella enorme cama yo aun entre sus brazos.

-Muñeca. -Susurró acariciando levemente mi espalda.

-Mhh.

-Leeremos la carta ¿de acuerdo? -Me tense. -Es algo que debemos hacer, necesitamos saber que es lo que dice y si podemos encontrar alguna pista qué nos dé el paradero de esos hijos de puta.

ι'м yoυr doll• |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora