Capítulo 19 Nuevo Comienzo.

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Una cita a ciegas que es lo peor que podría pasar se repetía una y otra vez aquel apuesto joven alto de tez blanca y ojos negros que no paraba de verse al espejo para comprobar que todo estaba en orden con su aspecto, se retocaba una y otra vez su cabello antes de ir a cenar mientras se sonreía a si mismo para parecer más apuesto pues cenaría con una desconocida que la casamentera que le había recomendado Itachi le había conseguido, ya que a partir de ahora se había propuesto a ser feliz después de lo que le había pasado Izumi. Finalmente dio una última vuelta hacia el espejo y salió rumbo a aquel restaurante que había acordado no sin antes comprar un ramo de flores para aquella desconocida.

POV SHISUI.

Eran exactamente las siete de la noche la hora en la que habíamos acordado vernos en el restaurante mi pie temblaba de nervios ya que ella aun no llegaba y tenía miedo de si sería una buena mujer o me dejase plantado. Estuve esperando al rededor de una hora hasta que ella por fin llego era una pelirroja muy hermosa sin embargo no era lo que esperaba ya que resulto ser una interesada cuya única preocupación era engancharme para sacarme dinero, quería salir corriendo de ahí ni siquiera se como aguante dos horas con el trasero pegado escuchándola. Apenas terminó aquella tortura me despedí de ella y alboroté mi cabello necesitaba tragos así  que conduje directamente al bar que no había ido hace años ya que me entregue al trabajo completamente.

Al llegar solo me senté en la barra y ordene un wiski a las rocas, mientras me lo tomaba me preguntaba como rayos fui a parar con una casamentera, tan urgido estaba, era guapo y lo tenía todo pero porque la desgracia amorosa me persigue, de repente un agradable aroma a flores se hizo presente cerca de mi así que me giré para ver de quién se trataba hasta que frente a mi apareció ella..... Una rubia despampanante que sonrió hacía mi al igual que yo lo hice, simplemente era hermosa parecía un ángel caído del cielo sus ojos hicieron contacto directo con los míos en un solo instante.

Desconocida: Está Ocupado?

Shisui: Claro que no. Eres libre de sentarte en donde sea.

Desconocida: Me agradas. Un Martini por favor. 

Shisui: A mi otro Wiski por favor.

Desconocida: Bien. Que te trae por aquí?.

Shisui: De verdad quieres saber?.

Desconocida: No creo que sea peor de lo que me pasó a mi. Pero Soy Ino Yamanaka y tu eres?

Shisui: Shisui. Shisui Uchiha. Un placer. * Besa su mano*

Ino:  Vaya! que educado Sr. Uchiha *ríe* me agrada.

Shisui: * Se sonroja* Y Dígame Srta. Yamanaka Viene seguido?.

Ino:  Creo que todos lo hacemos cuando estamos ahogándonos, Pero yo siempre vengo cuando tengo ese problema llamado ¨Amor¨.

Shisui: Ya somos dos.

Ino: Entonces creo que nos llevaremos bien. * le sonríe*

El tiempo pasó volando mientras ambos charlábamos y reíamos sin parar su compañía era bastante agradable, de un rato a otro nos encontrábamos en la pista de baile de aquel bar mientras el alcohol circulaba en nuestras venas su cuerpo se pegaba al mío poco a poco. Ella era fantástica mis ojos no dejaban de verla y de ver sus suaves labios que pedían ser besados,  sin querer ella hacía que mi corazón palpitara a mil por hora.

Lentamente ambos rompimos la distancia que nos separaba uniendo nuestros labios por primera vez sus labios sabían a cereza un sabor que me volvía adicto a no soltar su boca pero por la falta de aire era necesario hacerlo. Su mano tomó la mía y sonrió.

Ino: Hay que salir de aquí.

Sonreí ante su comentario y solo dejé que ella me guiara, me sentía como un niño junto a ella mientras corría por las sólidas calles de la ciudad riendo por cualquier tontería junto a ella, hace cuanto que no me sentía así ya ni lo recordaba, una vez llegamos a un hotel las caricias no se hicieron esperar sus labios se encontraron una vez más con los míos para siempre, sus ojos azules ojos como el mar chocaban con los míos sus manos desataron lentamente cada botón de mi camisa y las mías bajaban el discreto cierre de su vestido cayendo totalmente al piso dejándome verla por completo, nuestros cuerpos desnudos se convirtieron en uno solo una y otra vez aquella noche haciendo que el único sonido que se escuchaba en toda la habitación fueran los gritos de placer por parte de ella y míos. Hasta agotarnos por completo y quedar dormidos abrazados uno del otro.

Atada a tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora