Capítulo 25: ¿Es lo correcto?

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Fa'ya estaba más que furiosa; se sentía indignada, insultada, humillada. No entendía porque luego de tanto tiempo, Kierab prefería acostarse con Ra'Shira y no con ella.

"¡¿Por qué?!"

Eso mismo se preguntaban los demás...

—Me pregunto por qué el rey prefiere solamente a Ra'Shira, la reina también es hermosa.

—Pero no se parecen en nada. Tal vez los gustos del rey son diferentes y no le gustan las mujeres como la reina.

—Pero sigue siendo la reina. Es inevitable, ambos deben concebir un príncipe.

—Tal vez...la reina le trae malos recuerdos. Ya sabes, por el día de su boda. Quizás por eso no quiere estar con ella.

"¿Malos recuerdos?"

Era imposible que Fa'ya no escuchara todos esos comentarios que hacían "en voz baja", y cuando escuchó la parte de "malos recuerdos" se sintió angustiada.

"¿Es por eso que el rey no quieres acostarse conmigo?"

Si esa era la razón no sabía que hacer exactamente.

Estaba pensando en ello, cuando un día por la mañana, vio con asombro el estado de Kierab; no sólo tenía pequeñas marcas rojizas, las que comúnmente tenía de vez en cuando, sino que ahora había una marca roja en su cuello, con un ligero color morado en ella. Definitivamente fue una muy buena mordida.

Boquiabiertos, los miembros del palacio observaban a escondidas y susurraban entre ellos.

—Pensé que sólo era la reina Khazal, pero al parecer todas las mujeres de Rouseth son muy enérgicas en la cama.

—No me imagino lo salvaje que fue....

—Me da un poco de curiosidad saber si todas serán así.

—A mí también.

De pronto todos los hombres querían saber cómo sería ser devorado por una mujer de Rouseth. Se imaginaron siendo besados, mordidos y cogidos por una. Cómo se verían sus pieles llenas de marcas, con alguno que otro moretón, totalmente rendidos y sin energía...

"Quiero que me dejen así"

Y las mujeres no se quedaban atrás, imaginando cómo sería dejar a un hombre así. La emoción surgió en sus corazones y miraron a los hombres en secreto, quienes también las miraban de la misma manera.

Los solteros a los solteros, y los casados a sus esposos.

Esa noche la curiosidad mataría a uno que otro gato...

Kierab no se daba cuenta de nada de eso. Sólo sonreía y disfrutaba de su buen humor, mientras caminaba hacia los jardines.

La noche anterior Kierab no paraba de decirle cosas en el oído mientras él se descargaba sobre su cuerpo, moviéndose con gran apetito. Ambos se sentían tan ahogados en placer que Kierab se sintió fuera de sí, rogaba y gemía de manera tan lujuriosa que Khalid también se perdió, besándolo y mordisqueando por todas partes. Y cuando Kierab llegó al clímax y lo apretó con fuerza, Khalid se sintió tan excitado que lo mordió sin medir su fuerza, corriéndose dentro de él.

Kierab sintió un dolor punzante en su cuello junto con el placer del orgasmo, pero en vez de disgustarle lo hizo sentir más excitado, haciendo más placentera la sensación...

Al ver cómo había quedado su piel al día siguiente Khalid palideció, se sintió tan avergonzado y arrepentido que no paró de disculparse.

—¿Le dolió? ¿por qué no dijo nada? ¿le duele mucho ahora? —dijo preocupado, mientras ponía un poco de pomada en la marca.

Encadenado a tu corazón© [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora