Capítulo 29: El amante

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Era de noche. La nieve no era muy espesa, pero lograba cubrir los techos, haciendo que fuera difícil caminar sobre ellos, sin mencionar correr sobre ellos. Pero aun así Shira iba así, sintiendo el gélido aire, acompañada de Khalid, quién encontraba difícil mantener el ritmo.

—¿Por qué te ves tan distraído? —comentó al verlo cansado.

—Lo siento Shira, no volverá a pasar—respondió, casi sin aliento.

—Detente.

Ambos pararon en seco. Shira lo miró y suspiró, al ver el agobio en su rostro.

—Debes mantener la concentración si quieres hacer bien este entrenamiento. Mira lo cansado que estás, no lo estás haciendo bien—se quitó el pañuelo de la boca y dijo—Anda, dime qué te preocupa.

—No es nada. Es sólo que a veces me siento un poco ansioso por terminar el entrenamiento. El tiempo parece ir demasiado lento.

Shira lo miró con una ceja levantada, sin creerle ni una palabra.

—Es la reina ¿No es así? ¿Te está molestando de nuevo?

—No es para tanto, no te preocupes por eso—contestó rápidamente.

Shira a veces le ayudaba a evitar a la reina, pero si lo hacía muy seguido tenía medio de que la reina fuera a enojarse con ella.

—No la tomes en serio. Sólo dile las estupideces que quiere oír y déjala. Pronto será año nuevo y ella estará ocupada, te librarás de ella por un tiempo.

—Mm.

—En fin. Basta de plática y más acción. Sigamos entrenando.

—Si.

[...]

Llegó el último día del año y el reino de Krastos se llenó del espíritu de año nuevo. Faroles y distintos colores, comida, música y baile; las calles estaban inundadas de todo esto, nadie dormiría hasta muy de madrugada.

El palacio real también organizaba un pequeño evento, y al llegar la media noche el rey salía y daba un pequeño paseo por los alrededores. Saludando a sus súbditos y animando la fiesta.

Kierab, en sus casi tres años de reinado, nunca lo había hecho. Con la muerte de su padre la tristeza y el trabajo lo mantenían alejado de esta tradición, y este año, con los ánimos renovados, Kierab esperaba participar, pero lamentablemente este sería otro año sin estar presente en esta celebración.

Khalid suspiraba, mirando desde el balcón el bullicio del reino. No tenía muchos ánimos de participar en la fiesta, por lo que se quedó en la habitación del rey.

—Khalid—llamó alguien, tocando la puerta.

—Pasa—dijo, al reconocer la voz de uno de sus amigos esclavos.

—Te llegó una carta de su majestad—dijo mientras entraba con una sonrisa.

—Gracias—y recibió la carta con entusiasmo.

—La reina está demasiado ocupada preparando el paseo por el reino. No creo que te moleste pronto, así que puedes estar tranquilo.

—Te lo agradezco—contestó con una media sonrisa.

—No es nada. Descansa.

Se fue rápido para no importunarlo y cerró la puerta.

Bajó la luz de la luna y las velas abrió rápidamente la carta y la leyó con entusiasmo:

Mi querido Zoraf.

Espero que disfrutes del año nuevo. Sé que prometimos estar juntos en este día, no sabes cuánto lo lamento. Pero no te preocupes, muy pronto estaré de vuelta. Espero poder llegar antes de que termine el invierno, a mediados del segundo mes del año.

Encadenado a tu corazón© [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora