Capítulo 42: Juramento de muerte

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Quinto mes del año. Verano.

La noche cayó en la hermosa región de Rouseth; la luna bañaba los edificios y la arena, las palmeras y las calles aún con personas, la brisa era ligera y el clima era bastante agradable por la noche...

Habían tres escenarios diferentes sucediendo al mismo tiempo dentro del palacio real de Rouseth:

Número uno.

Dos hombres que miraban el paisaje nocturno, sentados sobre un cómodo y amplio sofá en el balcón, bebiendo té en silencio. El hombre de cabello rubio estaba recostado en el hombro del otro, tomados de la mano, jugando con los dedos de la otra persona. La escena era bastante armoniosa y pacífica, entre romántica y cotidiana.

Número dos.

Un hombre y una mujer estaban sentados en una amplia cama, descalzos y vestidos de pie a cabeza con ropa de dormir bastante decente. Ambos charlaban con fluidez de diversos temas para conocerse más a fondo. La mujer estaba recostada en la cabecera de la cama mientras el hombre le daba un ligero masaje en los pies.
Se veían muy cómodos hablando y riendo de vez en cuando...

Y número tres.

Una mujer queriendo entrar desesperadamente a una habitación bien cerrada. La persona que está adentro fingía no escuchar las súplicas de la mujer. El hombre estaba sentado en el suelo, cerca de la puerta, con los ojos cerrados.

—No te he visto en muchos días, por favor, créeme cuando te digo que jamás estaré con otro hombre que no seas tú, así que por favor abre la puerta y déjame verte. Hablemos....

Med cerró los ojos más fuerte y se contuvo.

Creía en Lahra, pero ella era la reina. Debía someterse a las costumbres, y sabía que tarde o temprano lo haría. Ya sea por diplomacia, asuntos políticos, acuerdos y tratados de paz... por cualquiera de estas razones podía acabar casándose con otro hombre.

No podía evitarlo, pero Med la quería solo para sí mismo, quería ser su única pareja, pero parecía imposible. Y aún si lograba ser su primer esposo no se creía tan capaz, habían tantos hombres nobles allá afuera que podían ser mejor que él, un simple sirviente.

—...Bien—dijo Lahra después de mucho tiempo—Si no puedo convencerte con palabras entonces lo haré con acciones.

Med escuchó como se fue alejando, y de pronto se sintió ansioso. Su voz se escuchaba bastante seria y molesta cuando habló.

"¿Qué cosa hará esta vez? Espero que no sea una locura."

Pensó temeroso.

Le costó conciliar el sueño debía a la inquietud, pero se convenció a sí mismo que no haría nada extremo para dañarse a sí misma o a alguien.

"Es impulsiva pero no estúpida, todo estará bien..."

[...]

A la mañana siguiente Kierab despertó de muy buen humor, porque en cuanto abrió los ojos observó el hermoso rostro de su amado (sin notar sus ojos ligeramente hinchados y somnolientos, su cabello despeinada y un poco de baba que caía de su boca. Los filtros del amor estaban bastante potentes ese día), también estaba feliz por no tener que ser rey, no tenía que trabajar y podía disfrutar de un breve momento de paz, como si estuviera de vacaciones.

Se levantó de la cama con cuidado para no despertarlo y comenzó a moverse muy enérgico por toda la habitación. Se limpió y le pidió el desayuno a un sirviente.

Espero un momento, mirando el exterior por la ventana. Calculó el tiempo y fue a despertar a Khalid para el desayuno.

—Despierta, pronto traerán el desayuno.

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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Encadenado a tu corazón© [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora