Si no se habla en persona, sabes muy bien que no tiene validez

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Tomé un taxi hacia al aeropuerto mientras compraba los primeros pasajes que encontraba a México. Creerán que irme es una decisión un poco drástica, pero estaba demasiado enojada y alejarme de el era lo mas sano para ambos. Encontré uno para las dos de la tarde, eran las once y media de la mañana, justo a tiempo para hacer el check in. Cuando entregué mi maleta, caminé hasta la puerta de embarque, ya no había vuelta atrás.

//Mensaje a Nath//

Natsi, no te preocupes, pero discutí con Juan Pablo y estoy en el aeropuerto para irme a México. Dudo que alguien pregunte, pero por favor no le des mi nueva dirección a nadie.

Besos"

Inmediatamente recibí una llamada de Nathalia, en Paris eran cerca de las 5 de la tarde. Le conté todo lo que había pasado ayer y hoy. Entendió completamente mi postura y me prometió no decirle a nadie donde estaba ni donde vivía. Me puse lentes de sol y un gorro. Podían haber fans en cualquier lado y no estoy de ánimos para nada, mucho menos para que me pregunte por Juan Pablo. Me tomé un café y justo antes de abordar, mi teléfono comenzó a sonar. Era el.

-Amor, ¿Dónde esta? -dijo a penas contesté.

-Me voy -dije rápidamente. -Pude tolerar lo de ayer, incluso lo pude hasta entender, pero que me hayas dejado para ir a ver a tu ex novia, no -se quedó callado, probablemente no se le ocurrió nada para inventar.

-Me prometió que no me iba a dejar -dijo después de unos segundos en silencio. Inmediatamente recordé cuando me prometió que no me iba a romper el corazón. Solté una corta risa sarcástica.

-Ambos rompimos las promesas que nos hicimos -tragué duro. -Éxito en todo -me despedí mientras sentía como picaba mi nariz. -Me caga que haya sido de esta forma -dije refiriéndome a la despedida por el teléfono. -Pero no te podía mirar la cara después de quizá que cosa hiciste anoche -pensé en lo peor. -Chau -corté sin dejarlo responder, tenía que abordar y debía usar mi celular para mostrar mi pasaje.

Fueron unas largas seis horas de vuelo, pero lo mejor es que me dieron almuerzo porque tenía mucha hambre. Quité el modo avión del celular recién cuando llegué al departamento. Habían llamadas perdidas y mensajes de Juan Pablo. No soy de evadir los problemas, casi nunca lo hago, pero estaba muy molesta y me sentía traicionada. O sea, ¿cada vez que hubiera una discusión iba a correr donde su ex novia? Siento que es una falta de respeto y no estoy para eso.

Los siguientes días los pasé encerrada. Ni siquiera salí al supermercado, todo lo pedí por Rappi, mucho más rápido y con menos exposición. Al quinto día decidí salir con mi mamá a comprar lo que faltaba para el departamento, ya que Kika iba a llegar al día siguiente.

-¿Y si no pasó nada? -me preguntó mi mamá. Obviamente le conté toda la historia.

-Es que ya da igual eso -suspiré. -Haya o no pasado algo, haber estado con ella cuando nosotros discutimos no es correcto, a mi parecer -la miré.

-Aish si, tienes razón -se rindió. -Pero da igual, tenemos que enfocarnos en tu cumpleaños numero 25 -dijo emocionada. -Y de tu viaje a Argentina -en un mes me iba a Argentina y en tres semanas era mi cumpleaños

-Algo piola no más -dije estacionándome. Mi mamá me hacía manejar cuando salíamos.

-Déjamelo a mi -dijo riendo. Le fruncí el ceño. -Finalmente ¿Cuándo te comprarás el auto? -hace un tiempo le comenté que me quería comprar un auto, era muy necesario en esta enorme ciudad pero por los viajes no pude hacerlo. Haber escrito una canción para Morat me había dado suficiente poder adquisitivo.

-No lo sé, no tengo nada visto, yo creo que buscaré cuando vuelva de Argentina -dije mirando mi celular, había llegado un mensaje de whatsapp, era Juan Pablo.

-¿Sabes que en algún momento tendrás que hablar con el, cierto? -no sé que cara puse que mi mamá notó inmediatamente que el mensaje era de el. -No puedes dejar de ver a los chicos solo por que "terminaste" -hizo comillas con sus dedos - con Juan Pablo, con comillas por que, si no se habla en persona, sabes muy bien que no tiene validez -gruñí.

-No aguantaría hablar con el, no mientras siga sintiendo algo, lo pasaría muy mal y la verdad es que no quiero seguir llorando

-Estás enamorada -me miró frunciendo los labios. -Y no me digas que no por que te conozco mucho y la primera vez que discutieron no sufriste como lo estás haciendo ahora -golpeé mi cabeza con el asiento del auto mientras cerraba los ojos. Pasé mis manos por la cara. Era muy frustrante no saber que decir o hacer.

-No se mamá -dije mirándola. -Solo se que estoy muy dolida -dije haciendo un puchero.

-Ay no mi niña -me abrazó rápidamente. -Estoy segura que tiene una explicación lógica, deberías escucharlo y bueno, en el peor de los casos vas a seguir llorando ¿y que? El amor a veces duele pero no vas a morir por eso, no moriste cuando terminaste con Matias que considerabas que era el amor de tu vida, no vas a morir ahora -me miró a los ojos.

-Esta bien -dije rendida. Abrí el mensaje de Juan Pablo.

"Buenos días, estamos en México, tenemos unos días libres y me gustaría verla para hablar, por favor"

"Oka, ¿Dónde y a que hora?"

"En nuestro departamento, los chicos van a salir y podremos estar solos para conversar. Venga a cenar."

"Oka"

-Me voy a juntar con el a cenar -le dije a mi mamá mientras nos bajábamos del auto. Ella miró su reloj.

-Es muy tarde -dijo nerviosa. -Apresurémonos para que vayas a cambiarte, llevas mi auto -solté una corta carcajada.

-¿Desde cuando te emocionas tanto por que vuelva con algún novio? -la miré riendo.

-Desde que estas acá en México -me miró. -No viví esto contigo mientras estabas en Chile, aparte que estoy segura de que es un mal entendido y que Juan Pablo es un buen chico -revolví los ojos.

-Defiéndeme a mi, no a el -le dije riendo.

La hermana de Nath Campos | Juan Pablo Villamil y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora