Capítulo 23: Lágrimas de Sangre

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El edifició entero esta en movimiento. La alerta roja resuena en cada rincon. Todas las sirenas han sido teunidas en las catacumbas y el estado de alerta parece no acabar nunca. Cuatro sirenas han logrado escapar. Algo que no ha sucesido en todos los milenios en que llevan capturandolas. Kahlan no puede parar de moverse de un lado ha otro del pasillo. Harry no ha salido de la habitación en más de tres horas y conociendo al muchacho no saldra en mucho tiempo. Vuelve a picar por vigesima vez esperando respuesta. Pero nadie le responde.

-- Harry, vamos. Tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos. Varios de los nuestros han ido hacía el Este para intentar encontrarlas. Deja de preocuparte por esa mocosa -pide el rubio mientras pasa su mano por su pelo con nerviosismo.

La puerta de la habitación y sale un Harry completamente diferente a lo normal. Su piel esta más palida de lo normal consiguiendo un tono enfermizo. Sus ojos verdes con tonos miel han perdido brillo y unas oscuras ojeras asoman por debajo de sus parpadados. El chico sale cerrando la puerta tras su espalda y aparta varios mechones de su cabello castaño y ondulado echandolos para atras.

-- Dios Harry. Tienes un aspecto horrible -comenta el rubio con una mueca en su rostro. Harry esboza una media sonrisa y se apolla sobre la puerta.

-- ¿Qué pasa? -pregunta poniendose serio.

-- Los chicos estan cabreados y cada vez se controlan menos. Que la Reina haya escapado es algo muy peligroso y te culpan a ti por haber sido tan blando con ella -Harry frunce el ceño notoriamente. ¿Desde cuándo esos estúpidos que tenía como hermanos ponían en duda una de sus ordenes? Eran unos idiotas desagradecidos. Después de todo lo que había hecho por su especie ahora ponen en duda su liderazgo-. Creen que la sirena te está ablandando y francamente hermano. Yo también. Ella no es buena para ti. Deberías dar ejemplo con ella y así no solo acallaría s a las otras sino que quitarías las dudas a nuestros hermanos.

Las manos del moreno no pueden evitar sentir unos terribles deseos de ahorcar al rubio por sus palabras. Una pequeña corriente pasa por su palma llegando a sus dedos y produce un cosquilleo. ¿Qué Carla lo estaba ablandando? Si claro. Y una mierda. Él era el primogenito de Poseidon. Hijo de Nayare. Él más fuerte después de su padre. No tenían derecho a desconfiar de él. La familia es siempre lo primero. Rasca su barbilla y luego clava su mirada en los ojos ceniza de su amigo.

-- Reúne a todos, convoca una asamblea. Esto no puede seguir así -dice dandose la vuelta pero antes de entrar de nuevo a la habitación gira su rostro de nuevo para mirar al rubio-. Y Kahlan -la mirada del triton se vuelve feroz. Como un tigre apunto de saltar a la llugular de su presa-. Como vuelvas ha insinuar que de ejemplo con Carla, sera contigo con quien lo de. Haber si así los tritones se enteran de una vez que no tienen que dudar nunca de mis ordenes.

El tritón traga saliva y contempla como Harry se adentra de nuevo en la habitación en completo silencio. Suspira pesadamente. Nunca había dudado de las actitudes de Harry pero últimamente desde la llegada de esa chica su carácter había cambiado. Era como si estuviera cabreado con todo el mundo. Volviendo a suspirar se da la vuelta y se va en dirección al salón principal. Hay una asamblea que reunir.

Harry contempla desde la oscuridad el cuerpo desnudo de Carla. Le ha costado muchisimo sanar todas sus heridas pero después de muchas horas lo ha conseguido. La joven sirena ya no está en peligro inminente de muerte. Se acerca a ella y acaricia su cabellera dorada, tan fina como la seda, con sus asperas manos. Su ceño se frunce al recordar como lo pateo hace apenas pocas horas. Sin duda no es como las demás. No le tiene miedo en absoluto, no le importa enfrentarse a él si es necesario. Tiene un caracter salvaje, explosivo, descarado y realmente peculiar. Pero eso solo la hace más especial. No tendría gracia si ella fuera como las demás. Observa como se remueve al sentir el tacto de sus dedos sobre su megilla. Una sonrisa involuntaria aparece en su rostro al ver como la chica frunce el ceño en sueños. De esa manera tan adorable que le hace querer agarrarla y no dejarla libre hasta que suplique.

Aguas Olvidadas { #Libro 2 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora