Capítulo 25: Mucha suerte

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Abro los ojos y veo una cara extraña mirandome. Un humano. El sol resplandece y golpea su rostro sin dejarme ver sus facciones. Me levanto pesadamente y cojo la mano que me esta extendiendo. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que ya no estamos en medio del desierto. Estamos en un pequeño poblado errante. Observo a las chicas que estan estiradas en amacas a mi lado. Al menos no nos han separado.

-- ¿Cómo te encuentras? -me pregunta. Me sorprende que hable mi idioma-. Estabais muy deshidratadas. Habeis tenido suerte de que apareciera esa tormenta. Mucha.

No es suerte. O tal vez si. No pense que pudiera crear una en ese estado tan lamentable.

-- Me encuentro mejor. Gracias.

Él asiente y me tiende un vaso de agua.

-- Bebe, te sentara bien -asiento y lo tomo.

Bebo con ansia hasta acabarme la ultima gota. Le devuelvo el objeto y sonrio levemente. Para volver a estar bien necesitaria beberme toda una picina pero estando en medio del desierto eso no es posible. Así que me tendré que conformar con esto.

-- Soy Elías, ¿y tú? -pregunta.

-- Ambre -respondo con una leve sonrisa-. Gracias por ayudarnos. ¿Cómo estan las demás? -le pregunto.

-- Mejor, lo cierto es que estabais en una situación muy mala. Tú en especial. Creiamos que no sobrevivirias. Pero al parecer nos equivocamos. Eres una muchacha muy fuerte y con mucha suerte -comenta el buen hombre.

Asiento y me agacho al lado de Cloe. Esta está profundamente dormida y acurrucada en posición fetal. Acaricio su cabello enmarañado y observo su rostro angelical. Me alegra poderla haber sacado de allí. En cuanto estemos ha salvo la llevare al Oasis de Tesalia. Allí estara segura. Llamaré a sus padres. Estoy convencida de que estan muy preocupados por ella. La pequeña se remueve y cambia de posición, asustandome. Pensaba que la había despertado. Inspiro profundamente y sonrio algo divertida.

-- Ambre -escucho que alguien me llama. Me giro y veo que es Ronnie.
Corro a su lado y me agacho sosteniendo su mano.

-- Tranquila -susurro-, estamos a salvo. No nos pasara nada.

Una leve sonrisa aparece en su rostro somnoliento.

-- Gracias -murmura-. Gracias por salvarnos.

Asiento y me quedo a su lado. No las he salvado a todas. Una se ha quedado atras, a merced de los tritones. Imaginar las horribles torturas a las que estan sometiendo a Carla me hacen extremecerme. Esa chica es fuerte pero... Nadie lo es tanto. Esa pobre chica. Me encantaria volver para ayudarla, pero me es imposible. Suspiro y observo como duermen todas. Parecen tan agotadas.

Una mujer entra a la improvisada cabaña sin paredes. Lleva un plato con comida y más agua. ¿De donde la sacaran?

-- Elías tenia razón -murmura la mujer-. Soy Eva.

Es una mujer algo baja de estatura. Su piel esta tostada por el sol y tiene las arrugas de la cara muy pronunciadas. Sus manos estan arrugadas y callosas. Esta ebtrada en años pero se le ve mucha vitalidad. Sus cabellos plateados caen sobre sus hombros como una cascada. Lleva las ropas típicas del desierto. Prendas asperas, pero duraderas. Una túnica de color oscuro.

-- ¿Cómo te sientes muchacha? -pregunta. La miro de ardiva a abajo y siento que mi boca se vuelve pastosa.

-- Mejor, señora -respondo. Ella sonrie y me tiende agua de nuevo. ¿Tanto se nota lo deshidratada que estoy?

Aguas Olvidadas { #Libro 2 }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora